domingo, 22 de enero de 2012

El Llamado // Marcos 3:13-19

Ha usted trabajdo gratis en algún momento de su vida? Esta situación es algo común en cierto tipo de trabajos, especialmente en aquellos que son muy bien pagados y que tienen mucha demanda; a veces el patrón decide poner a prueba a los mejores candidatos para el puesto, y de esta manera ver como trabajan y seleccionar a la persona idónea para el empleo. En otras ocasiones, el patrón simplemente observa una hoja de vida, o curriculum vitae, y decide entre los mas preparados y sobresalientes. Sin embargo en la historia de hoy vemos un caso muy peculiar: Jesús escoje a los 12 discípulos que estarían cerca de el por aproximadamente tres años, viviendo de cerca todas sus experiencias, y dejando un legado importantísimo para toda la humanidad.  La Escritura dice lo siguiente:

[13] Después, Jesús invitó a algunos de sus seguidores para que subieran con él a un cerro. Cuando ya todos estaban juntos, [14] eligió a doce de ellos para que lo acompañaran siempre y para enviarlos a anunciar las buenas noticias. A esos doce los llamó apóstoles [15] y les dio poder para expulsar de la gente a los demonios.
[16] Éstos son los doce que eligió: Simón, a quien llamó Pedro; [17] Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, y a quienes llamó Boanerges, que quiere decir “hijos del trueno”; [18] Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el patriota y [19] Judas Iscariote, que después traicionó a Jesús.   - Marcos 3:13-19 (TLA)

Jesús escogió a doce personas que llamó apóstoles. Estos eran puestos de bastante importancia en la historia de la humanidad; pero, Jesús no les hace ninguna investigación exhaustiva; El simplemente llamó a gente común y corriente: gente ordinaria.  En este grupo había pescadores, cobradores de impuestos, otros eran tan tremendos que les llamo “hijos del trueno”, y aun había traidores en el grupo.  Todos eran gente ordinaria; pero Jesús conociéndolo todo, sabia exactamente en que se convertirían todos, y de lo que cada uno seria capaz de hacer. Jesús no llamo a los escribas, a los fariseos, o a ningún estudioso o espiritual: no llamo a los capacitados. Notemos entonces lo siguiente: Jesús no llama a los capacitados, el capacita al que llama. Estos 12 hombres serian puestos a prueba y serian entrenados para ser ejemplo a muchas generaciones.

Estoy convencido de que Jesús continua llamando y capacitando gente el día de hoy con el único objetivo de le sirvan a El. Jóvenes y adultos aun sienten un llamado especial que a veces no entienden, y Dios les prepara poco a poco durante la vida misma, de tal manera que un ser ordinario como yo o como usted, aprendamos a ser instrumentos útiles para Dios.  Tal vez usted se sienta de esta manera, y se pregunte: para que podrá estarme llamando Dios en este momento? Déjeme contarle la siguiente historia.

El otro día asistí a un partido de basquetbol de una escuela primaria donde niños de 9 a 12 años jugaban para pasar a las finales. Mientras estaba sentado echándole porras a un joven amigo, Erick, me di cuenta a mi derecha estaba sentado un hombre que, volteando a ver a un jovencito, dio un grito diciendo “pivote!”. Inmediatamente me di cuenta de que este hombre sabia de basquetbol, porque ese es un término que no cualquiera entiende, sino solo aquellos que les gusta este deporte. Le pregunte: “señor, ese es su hijo?”, respondió: “si”; “pues déjeme decirle que es un excelente jugador”, le dije, ya que el jovencito había anotado la gran mayoría de todos los puntos de su equipo. El me contesto: “gracias, lo que pasa es que yo soy entrenador de basquetbol, de eso vivo, y a eso me dedico desde hace tiempo”. El hombre estaba implicando que el simple hecho de el ser un erudito o un maestro en el deporte hace que las expectativas de sus hijos sean de excelencia en el deporte.

Cuando vemos entonces la historia de Jesús, vemos que El predicaba, echaba fuera demonios, y sanaba a las personas enfermas; entonces, que es lo que se esperaría de sus hijos espirituales? Practicamente lo mismo.  Jesús llamo a aquellos hombres para que estuvieran con el siempre, y para enviarlos a anunciar las buenas noticias de que el Reino de Dios habia llegado; a ellos les dio autoridad para sanar y para expulsar demonios.  Jesús quería entrenar a sus hijos para ser buenos en lo que Jesús hacia; tal como el entrenador de basquetbol hizo con su hijo.

Dios quiere que usted y yo nos parezcamos un poco a Jesús, y que seamos capaces de ir y anunciar las buenas noticias de Jesús con la autoridad que el nos ha dado.  Dios aun llama a las personas el día de hoy; Dios continua llamando a gente ordinaria como usted y como yo, para que seamos un instrumento de gloria a Dios. Como hijos de Dios, se espera que en algo nos parezcamos a nuestro Padre Celestial; ya es hora que lo demostremos, no lo cree así?

Recuerde aquellos viejos dichos: “hijo de tigre...”, “de tal palo...”. Que no se nos olvide.

sábado, 14 de enero de 2012

El Espectro de Jesús // Marcos 3:6-12

En el 2009 en las unas audiciones del programa “Gran Bretaña Tiene Talento” (Britain's Got Talent) hubo una sorpresa bastante conmovedora. Una mujer adulta llamada Susan Boyle, originaria de un pueblito de aquel país, decidió intentar cumplir su sueño de ser una cantante profesional, y fue a audicionar en este programa.  Cuando se presento ante el publico, nadie creyó que ella podría llegar lejos, todos pensaban que iba a hacer el ridículo. Sin embargo, tan solo a pocos segundos de haber comenzado a cantar, su gran voz angelical lleno por completo el escenario apoderándose de la atención y corazón del publico.  Todos los que no creyeron en ella, ahora le aplaudían y ovacionaban su actuación.

En la historia de hoy veremos a Jesús rodeado por diferentes grupos de personas: algunos que no creían en el, otros que le seguían por conveniencia, y otros que realmente querían aprender de el.  Veamos lo que nos dice la Escritura:

“[6] Los fariseos salieron de la sinagoga y enseguida se reunieron con los partidarios del rey Herodes; y juntos comenzaron a hacer planes para matar a Jesús.
[7-8] Jesús se fue con sus discípulos a la orilla del lago. Los seguía mucha gente que había oído hablar de las cosas que él hacía. Era gente de las regiones de Galilea y de Judea, de la ciudad de Jerusalén y de Idumea. Algunos venían también del otro lado del río Jordán, y de los alrededores de las ciudades de Tiro y de Sidón.
[9] Como había tanta gente, Jesús les pidió a sus discípulos que prepararan una barca, para que la gente no lo apretujara. [10] Aunque Jesús había sanado a mucha gente, todavía quedaban muchos enfermos que lo rodeaban y que querían tocarlo para quedar sanos.
[11] Cuando los espíritus malos veían a Jesús, caían al suelo y gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”
[12] Pero Jesús les advertía muy seriamente que no dijeran a la gente quién era él.” Marcos 3:6-12 (TLA)

El primer grupo que se observa en la historia son los fariseos: el grupo de personas que era bastante apegada a las leyes que habían sido dadas por Dios a Moisés, pero llegando al extremo de crear leyes alrededor de las leyes, de tal manera que nadie podía cumplir todas las leyes.  Los fariseos hacían que Dios pareciera un Dios legalista falto de amor; con todas sus ideologías formaron una imagen de Dios que no era la correcta.

El segundo grupo mencionado son los seguidores de el rey Herodes: eran personas que por conveniencia política querían hacer que Jesús siguiera la agenda del rey Herodes. La intención era tomar ventaja de la popularidad de Jesús para hacer política, sin embargo, sabemos que Jesús no era así.

El tercer grupo de personas era el grupo de los discípulos: gente que confiaba plenamente en Jesús. Estos eran las personas que había hecho una decisión por aprender de Dios a través de Jesús; era gente que le había dado prioridad en sus vidas.  Los discípulos eran gente que estaban tan cerca de Jesús como para escuchar su voz y lo que tenia que decir, y ver todos los milagros que hacia.

Pero el otro grupo era uno compuesto por gente de Galilea, de Judea, y de Jerusalén. Este era una combinación de personas un tanto extraña. La gente de Galilea eran considerados como peones de rancho en tiempos antiguos: eran gente poco educada, con mucha necesidad, no eran nada sofisticados, y no tenían dinero.  Por otro lado, la gente de Judea y Jerusalén, eran considerados como la gente poderosa y con dinero, gente educada y sin necesidades.  Sin embargo, a pesar de que la gente entendía que los ricos, gente educada, tenían ya sus vidas hechas, la escritura nos dice que ellos también estaban buscando a Jesús; es decir, que ellos también tenían mucha necesidad espiritual aun en su posición ante la sociedad.

Estudios han demostrado que los ricos, son personas que sufren de depresión, y tristeza; generalmente porque han llegado a la cima, han cumplido sus sueños, pero resulto que no era como lo esperaban.  Mucha gente ha luchado por cumplir su sueño, pero lamentablemente no es lo que esperaban.  Lo vemos claramente en gente que busca el sueño americano, invierte sus ahorros en ir a los Estados Unidos, con el sueño de ganar muchos miles de dólares y sacar adelante a su familia; pero cuando llega a los Estados Unidos no es como lo esperaba: no consigue un trabajo digno y justo, y con el tiempo la familia se desmorona ante sus ojos.  Este es el tipo de personas que buscaba a Jesús, gente tuvo un sueño, pero no era lo que esperaba.  Este grupo de personas de Judea y Jerusalén, junto con las personas de Galilea, son las personas que venían desesperadas a Jesús.  Junto con ellos venían otras personas Idumea, Tiro, y Sidon, que eran consideradas personas de clase media; las cuales también tenían necesidades.

Notemos que Jesús les dijo a sus discípulos que tuvieran la barca lista, porque en caso de que la gente le impidiera predicar y ministrar, el pudiera subirse a la barca y tomar una mejor posición para transmitir su mensaje de amor y esperanza a las multitudes.  Eran dos los tipos de personas que motivaban una reacción en Jesús: los discípulos, y los que estaban desesperados por tocarle. Mi oración es que usted sea alguno de estos dos.  Los que estaban desesperados por tocarle, querían que Jesús les sanara o supliera su necesidad; y eventualmente ellos también se convertirían en sus discípulos.


Entonces: a cual grupo pertenece usted? A los discípulos? O, a los desesperados?