viernes, 29 de junio de 2012

Migajas // Marcos 7:24-30

No ha visto usted que cuando alguien tiene una emergencia, pareciera que nadie mas importa en el emundo mas que la persona que tiene la emergencia? Especialmente si son personas que se creen influyentes, piensan que por su posicion social tienen privilegios especiales. Pero siempre, por ley natural de Dios, estas personas son humilladas hasta que entienden que la vida que Dios quiere para nosotros no funciona asi.

En Marcos 7, se encuentra una historia muy similar. Veamos juntos los versículos 24-30:

[24] De allí se dirigió Jesús a la región de Tiro. Entró en una casa, sin querer que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. [25] Pronto supo de él la madre de una muchacha que tenía un espíritu impuro, la cual fue y se arrodilló a los pies de Jesús. [26] La mujer no era judía, sino originaria de Sirofenicia. Fue, pues, y rogó a Jesús que expulsara de su hija al demonio. [27] Pero Jesús le dijo: Deja que los hijos coman primero, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.
[28] Ella le respondió: Pero, Señor, hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.
[29] Jesús le dijo: Por haber hablado así, vete tranquila. El demonio ya ha salido de tu hija.
[30] Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a la niña en la cama; el demonio ya había salido de ella.

Sí, Jesús se refirió a una mujer griega y su hija como perros. Originalmente la palabra se refiere a un perro como mascota o como "cachorro", pero como sea las llamó perros. Entonces, ¿qué es lo que sucede? ¿Por qué Jesús anda tan grosero? Veamos...

Marcos nos dice que Jesús viajó a Tiro, una comunidad dominada por los gentiles. Marcos agrega que Jesús "no quiere que nadie sepa" dónde anda. Él necesitaba estar a solas, pero fue imposible. Pronto se corrió la voz de que estaba en la ciudad y una mujer desesperada se dirigió a la casa donde estaba escondido.

Marcos nos dice que la mujer entra en la casa y se arroja a los pies de Jesús, rogando y suplicando que su niña sea libre de un mal espíritu, un espíritu inmundo, un demonio!  Uno, conociendo a Jesús podría pensar, de seguro el va a tener compasión de ella y la va a sanar al instante. Sin embargo, Jesús parece implicar que su hija va a tener que esperar... y lo peor fue que refiere a ella como "perro?" Francamente, pocos de nosotros podríamos comprender dicha declaración. De hecho, cuando se pone en el contexto histórico y la situación tan compleja entre Jesús y la mujer, entonces tiene mucho de sentido; de hecho, y sin duda, Jesús lo hizo con el propósito de poner a prueba su fe en él, en Dios.

Para entender esta situación tenemos que mirar ciertos hechos muy importantes. En primer lugar, Marcos nos dice que una "mujer" se acercó a Jesús. En el mundo antiguo era muy raro y poco natural para una mujer acercarse a un hombre, sobre todo a un rabino. Las mujeres iban a ser vistas, pero no escuchadas. Eran tratadas como un objeto. Ella no era cualquier mujer, era griega, y por lo tanto, era gentil. Durante siglos, los Judíos y los Gentiles habían peleado entre sí y, literalmente, se odiaban mutuamente. Para los Judíos, un gentil no era mas que un perro sarnoso callejero. Cuando Jesús usó la palabra "perro" sabía que ella exactamente lo que estaba diciendo, además probablemente ellos sentían lo mismo hacia él.

Desde que la mujer era griega, de Tiro, sin duda era probablemente muy sofisticada. Para agravar esta sensación de superioridad, ella era una "fenicia de Siria". Según el historiador Josefo estos eran archienemigos de los judíos y veían a los Judíos con una actitud de superioridad. En condiciones normales, la mujer ni siquiera habría asomado la nariz cerca de este pobre rabino galileo, pero por el contrario se encuentra pidiéndole ayuda.

El Dr. David Garland en su comentario sobre este pasaje señala que habría sido el equivalente a ver a una mujer muy rica en su limusina conducida por su chofer en Calcuta pidiéndole a la Madre Teresa a dejar a los pobres y moribundos para venir de inmediato a atender a su necesidades personales.

La relación entre esta mujer y nuestro Señor tenia muchas barreras humanas. 1) estaba la diferencia entre un hombre y una mujer, 2) un Judío y un gentil, 3) un griego y un galileo, 4) los pobres y los poderosos, y por si fuera poco el hecho de que su hija no estaba enferma, sino poseída por el demonio, 5) ella tenía un espíritu inmundo. Lamentablemente su niña podría estar sufriendo a causa del contacto con las tinieblas de parte del padre o la madre. En pocas palabras, las barreras entre Jesús y esta mujer hacia cualquier tipo de interacción literalmente imposible.

Sin embargo, Jesús no la rechaza sino que pone a prueba su corazón y sus intenciones. Jesús comienza diciendo: "Deja que los hijos coman primero" Aquí Jesús claramente señala que el pueblo de Israel tendría la primera oportunidad para ser bendecidos. Sin embargo la palabra "primero", implica claramente que un día los gentiles tendrían su turno. Es decir que Jesús estaba probando si la mujer se sujetaría a la soberanía del tiempo y plan de Dios. En pocas palabras, le estaba diciendo: "¿estás dispuesta a confiar en el tiempo de Dios y en su soberanía?" "¿Estás dispuesta a venir a Dios a Su manera y no a la tuya?"

Luego la parte más dura dice: "porque no está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros." Aquí Jesús le pone el dedo en la llaga, desafía su fe, y busca exponer su actitud hacia sí misma y hacia Dios. El termino del idioma original se refiere a un perrito como una mascota, pero de cualquier manera es algo duro para cualquier persona. Simplemente no suena como el Jesús que conocemos y amamos, porque hemos definido un concepto de Jesús en el cual el no nos habla fuerte. Pero debemos entender que Jesús es Dios y vendremos a él, en sus términos. Además él nos conoce muy bien. Él sabe cómo pensamos y cómo actuamos.

Entonces no debemos pasar por alto con qué clase de mujer Jesús lidiando. Se trata de una mujer desesperada, pagana que probablemente provenía de una familia poderosa rica,y muy probablemente le haya entregado su alma al las tinieblas por alguna razón. Una mujer acostumbrada a obtener lo que quería, aun si tenia que hacer pacto con el diablo. Parecía un buen negocio hasta que el diablo tomó a su niña. Ahora la mujer esta a los pies de Jesús pidiendo clemencia. Jesús quiere asegurarse de que entiende que ella no lo merece... y que si él le ayuda será por gracia unicamente.

Me temo que muchos de nosotros hemos desarrollado una actitud como si Dios no nos debiera algo. Como su su trabajo fuera cuidar de nosotros, no importando cómo vivimos nuestras vidas. Gracia, para muchos de nosotros, significa vivir como nos de la gana acudiendo a Dios sólo en situaciones de emergencia, y esperando que venga corriendo a ayudarnos de inmediato. Hay una lección muy dura que tenemos que aprender de esta historia. Tenemos que entender que no "merecemos" la misericordia de Dios.

Jesús la llamó un "perro" no por abusar de ella, sino porque la amaba y quería liberarla de la prisión que ella misma había creado. Jesús la puso en una posición difícil, ¿qué iba a decir o hacer ella? ¿se levantaría en contra de Jesús enfurecida? ¿se enfrentaría a Jesús y le golpearía? ¿trataría de humillar y exponer a Jesús?

Lo que ella responde es la mejor parte de la historia.
"Pero, Señor, hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos." Debo admitir que me quede impresionado con esa respuesta. Ella demostró un nivel de fe y humildad que en pocas personas se ve en la Escritura y mucho menos en la calle.

Las primeras palabras de sus labios muestran el corazón de alguien que entregó a Jesús. Cuando ella dijo: "Señor", ella estaba diciendo que estaba dispuesta a venir a Jesús en Sus términos. No iba a cuestionar su plan ni su imparcialidad.

Sin embargo en la misma frase, ella puso un “pero”. Casi nadie se atreve a ponerle peros a Jesús, y esta mujer se salió con la suya. Al usar estas palabras, ella demostró su conocimiento de quién era Jesús. Ella sabía que Jesús podía ver a través de ella, y que no debía intentar hacerlo tonto. Ella acepto su lugar como un "perro". Ella cree que para su hija, una simple "migaja" de la mesa, es suficiente. Eso es tener fe. Ella entendió que no merecía nada, pero que sin embargo, el era un Dios poderoso y misericordioso.

Casi puedo ver una sonrisa en el rostro de Jesús, cuando ella respondió de esta manera humilde y con fe. Él dice: "Por haber hablado así, vete tranquila. El demonio ya ha salido de tu hija." Su respuesta capturó su corazón y ganó su favor.
Jesús sabía que ella iba a confiar en él a pesar de que ella no podía ver lo que había sucedido en casa. Él sabía que ella confiaría en su palabra.

A veces usted y yo sentimos como que hay barreras enormes entre Jesús y nosotros. O peor aun, pensamos que Dios es una especie de rescatista cósmico que está sentado esperando a que lo llamemos.

Esta historia nos ayuda a ver, en primer lugar, que no hay barrera demasiado grande entre Jesús y nosotros. Y en segundo lugar, tengamos cuidado de no caer en  la trampa de creer que podemos venir a Jesús en nuestros propios términos. Si es cierto que el nos ama, pero no nos esperemos a que el nos llame la atención de una manera fuerte. Él nos ama lo suficiente como para llevarnos a nuestros límites con tal de exponer las mentiras en las cuales vivimos; el quiere que entendamos lo que realmente significa vivir por fe y por gracia.

Solo una pregunta queda por hacer ¿tendremos el mismo tipo de fe que esta mujer tuvo? Entonces, lancémonos con desesperación a los pies de Jesús, ahí hay misericordia y gracia infinita.

sábado, 9 de junio de 2012

Contra El Viento // Marcos 6:45-56


Hoy en día no tenemos tantos cuentos de hadas como los teníamos antes, solíamos tener más imaginación en aquellos tiempos, pero hoy me gustaría pedirle que imagine lo siguiente. Si pudiera usted elegir el poder de hacer milagros, ¿qué clase de milagro le gustaría poder hacer? Piense por unos segundos ...
¿Escogería caminar sobre el agua? Hum, probablemente no. Pero cambiando a la realidad, Jesús hizo muchos milagros que eran increíbles, pero uno de ellos parece ser fuera de lo común: El caminó sobre el agua. Vayamos brevemente en esta increíble historia.
[45] Después Jesús ordenó a sus discípulos que subieran a la barca y cruzaran el lago en dirección al pueblo de Betsaida, pero él se quedó en la orilla para despedir a toda la gente. [46] Luego de despedirla, se fue a un cerro a orar.
[47] Cuando llegó la noche, la barca ya estaba en medio del lago, pero Jesús aún permanecía en tierra. [48] Desde allí pudo ver que los discípulos remaban con mucha dificultad, pues navegaban contra el viento. Poco antes del amanecer, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando ya estaba cerca, hizo como que pasaría de largo. [49] Al verlo caminar sobre el agua, los discípulos creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar. [50] Estaban muy asustados, pero enseguida Jesús les dijo: “Tranquilos, no tengan miedo. Soy yo.”
[51] Entonces Jesús se subió a la barca, y el viento se calmó. Los discípulos estaban muy asombrados. [52] Tenían la mente cerrada, pues no habían entendido el verdadero significado del milagro de los panes.
[53] Después de cruzar el lago, llegaron al pueblo de Genesaret y ataron la barca en la orilla. [54] Tan pronto salieron, la gente reconoció a Jesús y [55] corrió por toda aquella región para llevarle enfermos. Cuando oían que Jesús estaba en un lugar, ponían a los enfermos en camillas y los llevaban ante él. [56] A dondequiera que iba Jesús, ya fuera por aldeas, pueblos o campos, la gente ponía a los enfermos en las calles. Y cuando él pasaba, le rogaban que dejara que los enfermos tocaran, por lo menos, el borde de su ropa. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos. Marcos 6:45-56 (TLA)

Inmediatamente después de que Jesús alimentó los hombres de 5000, se mandó a sus discípulos entrar a un barco y cruzar el río. Jesús estaba tratando de enviarlos por delante para así poder tener un momento a solas con la gente y despedirlos. Jesús vio que la multitud quería hacerlo rey, y la intención de Jesús era explicarles que Su reino no era de este mundo, y entonces les dijo adiós a todos. Luego, se fue a la montaña a orar, Jesús hace eso muy frecuentemente, a él le gusta tener un momento a solas con su Padre en el cielo.
Cayó la noche, y los discípulos estaban en el medio del mar, algunos dicen que estaban aproximadamente a una distancia de 3.4 millas lejos de la orilla, y mientras tanto Jesús estaba orando en la montaña. Mas sin embargo, Jesús podía verlos desde la montaña luchando porque el viento soplaba en contra, de hecho, el escritor, Marcos, utiliza una palabra que describe a los discípulos experimentando dolor y frustración, y Jesús los estaba viendo.
A menudo, muchos de nosotros experimentamos lo mismo. ¿Ha estado usted en momentos difíciles, en los que se siente como si fuéramos contra el viento, que todo va mal, y nos preguntamos si Dios siquiera puede notarlo? Bueno, la respuesta es sí. Dios puede ver nuestras luchas.

No sólo Dios puede ver nuestras luchas, pero también Dios puede ver los corazones endurecidos. Si vamos adelante en el pasaje, Marcos nos dice que sus corazones estaban endurecidos porque ellos no entendieron la alimentación de los 5000. Ciertamente, Dios puede vernos luchando contra los problemas, pero si tenemos un corazón duro, será aún más difícil salir de ellos. Si carecemos de fe en Dios, lo estamos deshabilitando y no va a poder ayudarnos. Tengo miedo de pensar que a veces los corazones duros no están ahí afuera en el mundo, sino dentro de nuestro mismo grupo de creyentes, dentro de los mismísimos discípulos de Jesús, al igual que en esta historia. Los que estaban más cerca de Jesús, que fueron testigo de muchos milagros y predicaciones, son los de los corazones endurecidos.

Pero a pesar de su condición de Jesús fue hacia ellos, en un acto de misericordia, él quería estar allí. Y quería pasar de ellos. Ahora, esto puede ser un poco confuso, ya que acabo de decir que Jesús quería pasar por ellos. No creo que Marcos halla cometido un error al mostrar esta extraña declaración. Pero si usted ha leído su Biblia, particularmente el Antiguo Testamento, usted debe recordar historias como la de Moisés (Éxodo 3) y Elías (1 Reyes 19), cuando Dios pasó de ellos con el fin de mostrarles su gloria. Así que creo que esta es la declaración más impresionante del pasaje. Jesús quería mostrar la su gloria en medio de las dificultades, vera usted, Dios nos está viendo y viene hacia nuestra tormenta para mostrar su gloria.

Eso es todo? No! Dios también vendrá a nuestro barco para arreglar las cosas que no podemos arreglar. Él nos ha estado observando, como tratamos de sobrevivir en contra del viento, pero él vendrá a ayudarnos a cruzar. En la historia vemos que los discípulos ya se habían agotado, y en ese tiempo Jesús caminó sobre el agua, fue en algún momento entre las 3 a.m. y 6 a.m., en lo más oscuro de la noche. La situación no era una emergencia, los discípulos no estaban en riesgo de muerte, pero estaban cansados de intentar cruzar por ellos mismos. En la hora más oscura, experimentando el dolor de tantos intentos, Jesús decide mostrar su gloria y les ayuda. Ellos pensaron que era un fantasma, y tenían miedo, pero les dijo que tuvieran valor, "soy yo", dijo. En otras palabras, él dijo: "Anímense porque soy Yo". En el momento en que Jesús entró en la barca, se calmó el viento, y todos estaban asombrados. Ellos se sorprendieron literalmente. Hacía instantes que estaban luchando contra el viento y ahora el agua estaba quieta. Ese es el poder y la gloria que Jesús reveló a sus discípulos. Dios prometió cuidar de nosotros al cruzar las aguas, Isaías 43:2 dice lo siguiente:

“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás”

Por lo tanto, si usted siente el viento soplándole en la cara, usted debería mirar a su alrededor, ya debería ver a Jesús en camino para ayudarle.

sábado, 2 de junio de 2012

Mirada Compasiva // Marcos 6:30:44


El 2 de enero de 2007, Jane Meredith Adams y su hija, Claire, abrían una caja con cosas viejas de la infancia de Jane. Mientras estaban hurgando en la vieja caja, Claire se encontró con un osito de peluche que Jane usaba cuando tenía la misma edad que Claire, el osito era una criatura muy querida llamada Teddy. "¿Cómo es que Teddy no tiene pelo?" Claire le preguntó. "¿Por qué no tiene los ojos?" Entonces Jane le explicó que el perro de su primo había masticado el osito de peluche cuando eran niños. Claire estaba espantada, asustada. Con compasión, ella besó los hoyos vacíos donde irían los ojos de Teddy. Prontamente, ella le informó a su hermano gemelo, Drew, lo que había sucedido. "Tenemos que arreglarlo", dijo la pequeña.

Lo que pasa es que, los niños tienen una capacidad innata de compasión. Aunque pequeños en estatura, es natural que los chicos se identifiquen con los animales de peluche, otros niños, mascotas y personas en desventaja. Quizás, es por eso que Jesús insistió en Mateo 18:3, que debemos ser como niños para entrar en el reino de Dios. Jesús quiere que tengamos la capacidad que estos niños tienen, en particular en la historia de hoy, esta capacidad sería la compasión. Leamos lo que dice la Escritura ...

[30] Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. [31] Pero eran tantos los que iban y venían, que ni tiempo tenían para comer. Entonces Jesús les dijo: “Vengan, vamos a un lugar tranquilo para descansar a solas.”
[32] Y él y los apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. [33] Pero la gente que los vio partir adivinó hacia dónde iban. Así, la gente de todos los pueblos cercanos se fue a ese lugar, y llegó antes que Jesús y sus discípulos.
[34] Cuando Jesús bajó de la barca, vio la gran cantidad de gente que se había reunido y les tuvo compasión, porque parecían ovejas sin pastor. Entonces empezó a enseñarles muchas cosas.
[35] Por la tarde, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: Este lugar está muy solitario, y ya se está haciendo tarde. [36] Despide a la gente, para que vaya a buscar comida por los campos y los pueblos cercanos.
[37] Jesús les dijo: Denles ustedes de comer. Ellos respondieron: No podemos comprar pan para tanta gente. ¡Para eso nos hace falta el salario de todo un año!
[38] Jesús les dijo: Vayan a ver cuántos panes tienen ustedes. Ellos fueron, y al rato regresaron diciendo: Tenemos cinco panes y dos pescados.
[39] Entonces Jesús ordenó que todos se sentaran en grupos sobre el pasto verde. [40] La gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. [41] Luego Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes, y los dio a los discípulos para que los repartieran entre toda la gente; lo mismo hizo con los dos pescados.
[42] Todos comieron hasta quedar satisfechos. [43] Luego los discípulos llenaron doce canastas con los pedazos de pan y de pescado que habían sobrado. [44] ¡Y fueron más de cinco mil hombres los que comieron de aquellos panes y pescados! – Marcos 6:30-44 (TLA)

Previo a esta historia, Jesús y sus discípulos estaban reunidos, Jesús sanó a una mujer enferma y trajo de vuelta a la vida a una jovencita, y luego se fueron a la ciudad donde Jesús había crecido, y donde continuó enseñando en las sinagogas. Luego escogió al famoso grupo de 12 discípulos y los envió para sanar y predicar, y cuando regresaron no cesaban de enseñar a la multitud acerca de Jesús y del reino de Dios. El número de personas que Jesús y sus discípulos estaban ministrando era muy grande, que ni siquiera tenían oportunidad de comer. Incluso cuando ellos trataron de ir a un lugar solitario a descansar, la gente los siguió de todas las ciudades cercanas. Entonces Jesús comenzó a enseñarles a las personas, como un pastor que cuida de sus ovejas, es decir, con amor. A continuación, casi como si Jesús estuviera poniendo a prueba la compasión de sus discípulos, ellos voluntariamente se le acercaron pidiéndole a Jesús que enviara a la gente de regreso a sus ciudades, porque ya era tarde y probablemente tenían hambre. Pero no sucedió así.

Muchas cosas se han dicho acerca de la alimentación de los 5000, pero hay que hacer una observación muy importante; en muchos casos, la gente pidió a Jesús que hiciera milagros, o, a veces a sus discípulos trataban de convencer a Jesús que hiciera un milagro, pero en esta ocasión, el milagro de Jesús no fue a solicitud de nadie. Este sería un milagro que Jesús haría con el único propósito de que la gente creyera en él.

Jesús les dijo a los discípulos "Denles ustedes de comer", pero respondieron un poco asustados porque no tenían el dinero necesario para comprar comida para todos. Entonces Jesús les preguntó qué tenían para comer: eran cinco panes y dos peces. Jesús tomó la iniciativa, hizo que la gente tomara asiento en grupos de cincuenta y cien, tomó el pescado y el pan y lo bendijo, y partió el pan y dio a sus discípulos para que repartieran a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, llenos. Doce canastas llenas de pan y los peces era lo que sobro. Eso es un milagro.

Los científicos han tratado de explicar este evento diciendo que cuando Jesús partió el pan y le dio a todo el mundo, que cada persona comenzó a sacar la comida de su bolsillo y compartir con todo el mundo. Dicen que Jesús despertó en la gente el espíritu de compartir y de cuidar de los demás. Eso es absolutamente posible, no cabe duda, sin embargo, es muy poco probable y no es lo que Marcos presenció, pues Marcos y otros miles de personas dijeron que se trataba de un milagro.

El milagro consistió en que cuando la gente no tenía nada que comer, llegaron a estar llenos. Vera usted, si confiamos en Jesús, al final del día, tendremos más que suficiente. Cuando uno encomienda a Jesús todo lo que tiene, él da mucho más de lo que uno espera. Por el contrario, vea lo que el diablo, el ladrón hace:
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo [Jesús] he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." Juan 10:10 (NVI)
Cuando estamos en Jesús vamos a experimentar las cosas en un nivel diferente. Es como cuando vamos a un buffet, comemos de cierto modo ¿no? Uno come hasta que el botón de los pantalones está a punto de reventar. Eso es lo que esta gente experimentó, y eso es lo que usted y yo podemos experimentar también.

Entiendo que es muy fácil decir que Dios te bendecirá grandemente, pero a veces batallamos en admitir que el tener confianza en Dios no es fácil, y sólo unos pocos, los valientes, confiamos en él. Hay tiempos difíciles en los que los discípulos de Jesús experimentan pruebas de fe simplemente porque han decidido entregarle a Dios todo lo que son. Pero para aquellas personas que han decidido darlo todo, sea mucho o poco, para el Señor, aquí está lo que yo quiero que se lleven de esta historia: Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió, pero como fue bendecido, con sólo una de las cinco pequeñas piezas de pan, se pudo alimentar a miles de personas. Ahora, imagine que usted es una de esas pequeñas piezas pan; a veces pensamos que no somos nada en comparación con la gran necesidad que hay en este mundo, creemos que no vamos a hacer ninguna diferencia, pero Jesús nos puede bendecir, y ya que Él nos haya bendecido, él nos partirá, no va a ser fácil, vamos a experimentar dificultades en la vida, pero al final habremos hecho la voluntad de Dios.

Si usted pone su vida en las manos de Jesús, el le va a bendecir, le va a romper, y lo usará para bendecir las vidas de miles de personas. ¿Entonces, nos ponemos en las manos de Jesús?