domingo, 27 de marzo de 2016

Perdón // Marcos 11:20-25

Desde los primeros días de mi vida la historia de la Pascua, la historia de la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, ha capturado mi imaginación. Cuando era niño me costaba entender cómo Dios podría enviar a su único hijo a una muerte tan cruel en la cruz. ¿Cómo podría Dios abandonar su Hijo en su momento de mayor necesidad por gente como usted y como yo? Honestamente, para un niño pequeño como yo, la resurrección de Jesús tenía mucho más sentido. Tenía sentido que Jesús venciera  la muerte y la tumba. Él era Jesús!

En años más recientes, hay un hecho de la resurrección de Jesús que me ha intrigado: las cicatrices. ¿Por qué el cuerpo resucitado de Jesús tenía cicatrices? Tendría más sentido que si vas a vencer la muerte vas a conquistarla completamente y no quedará absolutamente ninguna evidencia de ella. Cuando Jesús se aparece a sus amigos más cercanos por primera vez, tenía un aspecto un poco diferente. María no lo reconoció en el jardín. Los dos seguidores que hablaron con él en el camino de Emaús no lo reconocieron hasta que bendijo el pan y desapareció, a pesar de que sus corazones ardían por dentro. Cuando de repente Jesús se apareció en medio de sus discípulos en el aposento alto, llamó su atención a las marcas de los clavos en sus manos; le pide a Tomás el incrédulo que venga y coloque sus dedos allí.

Está claro que el cuerpo resucitado de Jesús tenía cicatrices. Mi pregunta es ¿por qué?  No tengo un texto bíblico específico para respaldar mi teoría, pero creo que la explicación en mi corazón armoniza con la verdad de la historia del Evangelio. Las cicatrices cuentan la historia de perdón y restauración. Las cicatrices revelan el precio y el poder del perdón y la gracia. Las cicatrices son heridas que se han curado.

Creo que la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret revela el precio y el poder de la gracia. Es el punto en la historia en la que todo da un giro. Es el dramático y crucial evento de la raza humana: el punto en el que nos movemos de el antiguo pacto de la ley al nuevo pacto de amor y gracia. En la cruz, Jesús cambió el curso de la historia humana llevando en su cuerpo el pecado del mundo, por lo que el mundo, usted y yo, podemos ser libres del pecado, ser libres para vivir y amar, libres para perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.

Esta mañana, nuestro viaje a través de Marcos nos lleva al tema principal de Jesús: el tema del perdón y la gracia. La Pascua tiene que ver con el perdón; es la historia de perdón en letras doblemente marcadas; es el ejemplo histórico de lo que realmente significa perdonar.

En Marcos 11:20-25 Jesús dijo:
[20] A la mañana siguiente, al pasar junto a la higuera que él había maldecido, los discípulos notaron que se había marchitado desde la raíz. [21] Pedro recordó lo que Jesús había dicho al árbol el día anterior y exclamó:
—¡Mira, Rabí! ¡La higuera que maldijiste se marchitó y murió!
[22] Entonces Jesús dijo a los discípulos:
—Tengan fe en Dios. [23] Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón. [24] Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya. [25] Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados. (NTV)
En estos versículos Jesús termina diciendo: Cuando oren, perdonen todo lo malo que otra persona les haya hecho. Así Dios, su Padre que está en el cielo, les perdonará a ustedes todos sus pecados.

Cuando Jesús nos llama a tener fe también nos llama al perdón. Parece que el perdón es una de las claves para desatar el poder de Dios en tu vida. Por otro lado, también significa que la amargura y el resentimiento va a destruirte de adentro hacia afuera; te secará desde las raíces.

En la vida y ministerio de Jesús, es interesante los pocos temas en los que él se interesó. El ministerio de predicación y enseñanza de Jesús gira en un conjunto de temas poderosos, temas como:

  • La fe y la vida eterna,
  • Oración y una relación personal con nuestro Padre en el cielo,
  • El rechazo de la hipocresía y tratar de burlarse de Dios,
  • La verdadera amenaza del infierno (Jesús habló sobre el infierno más que cualquier otro personaje bíblico, porque sabía que era real y que absolutamente no quiere que nadie vaya allí),
  • El peligro de la avaricia y el amor al dinero, y
  • El perdón.

En el ámbito del perdón, Jesús pidió a sus discípulos tomar medidas extraordinarias. Cuando se le preguntó con qué frecuencia se debía perdonar, en lugar de siete veces, él los desafió a perdonar setenta veces siete, en otras palabras una y otra y otra vez. En su mensaje central, el Sermón de la Montaña, al enseñar a sus seguidores a orar, él hace una de sus declaraciones más inquietantes, cuando dice:
[14] Si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, Dios, su Padre que está en el cielo, los perdonará a ustedes. [15] Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes. (Mateo 6:14-15) TLA
Sí, has oído bien, Jesús dijo: "Si no perdonáis a los hombres sus pecados, tampoco su Padre les perdonará sus pecados. Si eso no trae escalofríos a su columna vertebral entonces no sé que lo hará. ¿Se imagina que Dios no lo perdone?

¿Cómo podemos ajustar esta declaración de Jesús en el contexto de su asombrosa gracia y amor? ¿Podría ser que Jesús estaba llamando nuestra atención sobre las consecuencias mortales de la amargura, el odio y el resentimiento en el corazón y el alma humana?

Me temo que muchos de nosotros subestimamos las devastadoras consecuencias de la ira, la amargura y el resentimiento que a menudo se deriva de odio abierto o reprimido. Cuando estamos profundamente heridos es normal que adoptemos el síndrome de "lucha o huída". Buscamos venganza o corremos por nuestras vidas, pero de cualquier manera tenemos que hacer frente a nuestras heridas, ya sea causando heridas a nuestro enemigo (que a menudo vive dentro de las cuatro paredes de nuestras casas) o por lamer nuestras heridas, aliviando nuestra amargura y resentimiento.

Creo que John Ortberg le dio al clavo cuando escribió:
"La amargura es como beber veneno para ratas y esperar a que la rata se muera."
O como Ron McManus lo dijo:
"La amargura es como tomar veneno y esperar que la otra persona se muera."
Extrañamente la amargura envenena y mata de adentro hacia afuera y prácticamente hace poco daño a la persona hacia quien sientes amargura. Francamente la amargura no paga. No tiene sentido. Es un asesino mortal y silencioso.

Hace poco leí un estudio de los efectos a largo plazo de las emociones negativas como la ira, la frustración y la tristeza entre los adultos mayores. En este estudio los investigadores trataron de documentar el impacto negativo de estos sentimientos y emociones en la salud física de los pacientes. Es interesante que la investigación documentó que la ira, la frustración y la tristeza -especialmente la ira-  le enviará a su médico con más frecuencia y hasta el hospital si no tiene cuidado.

Entonces, ¿qué puede hacer uno con estas heridas, emociones y sentimientos? Jesús tiene una respuesta simple y directa: PERDONAR.

Usted notará que en el texto, Jesús dijo: Cuando oren, perdonen todo lo malo que otra persona les haya hecho. Así Dios, su Padre que está en el cielo, les perdonará a ustedes todos sus pecados.

Jesús describe la imagen de un hombre de pie en el altar listo para ofrecer su oración de fe; luego se acuerda de que "tiene algo” contra otro. Jesús exige que el adorador "lo eche a la basura"; "que perdone la ofensa"; "que cancele la deuda". La palabra que Jesús usó para describir este perdón es "echarlo a la basura."

Recuerde que el salmista en el Salmo 103 escribió de decir perdón de Dios:
[11] Pues su amor inagotable hacia los que le temen es tan inmenso como la altura de los cielos sobre la tierra.
[12] Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente.
Es apropiado que David haya seleccionado este y el oeste en lugar de norte a sur. Como ustedes saben al mirar el globo de la tierra, se puede ir hacia el norte de Poughkeepsie y poco después de cruzar el polo norte va a comenzar a dirigirse hacia el sur, pero no así con el este (oriente) y el oeste (occidente). Si se inicia en dirección oeste de Poughkeepsie seguirá yendo al oeste y pasará de largo hasta Oregon y seguirá avanzando hasta que de la vuelta al mundo. Sí, seguirá yendo al oeste el resto de su vida. En esencia David dice "Dios envía nuestro pecado tan lejos que nunca regresará." Esa es la norma del perdón. Eso es lo que Dios está buscando de usted y de mí.

A medida que lea este desafío de los labios de nuestro Señor no pase por alto la advertencia en letras bien marcadas. Su Padre en el cielo perdona a medida que usted perdona. Si usted no perdona él no le perdonará. En otras palabras, hay consecuencias muy peligrosas al permitir que la amargura y el resentimiento persistan en su corazón y en su alma.

Por otra parte, existe una gran sanación y esperanza a disposición de aquellos que están listos para perdonar. Hace veinte años Leanne Payne, fundadora de Ministerio Pastoral, escribió un libro sobre la oración de sanación. En su obra clásica, anotó la increíble importancia del perdón en la restauración y la curación del alma. En su libro ella hablaba de "la curación de sus memorias" a través de oraciones de perdón. Otra forma de verlo sería "la curación de su alma" a través del perdón. Ella observó que muchas personas están paralizadas emocional y espiritualmente a causa de las heridas profundas del pasado, especialmente de su infancia; heridas por abuso o negligencia. El perdón es la clave para traer sanidad al alma.

Entonces, ¿cómo puede uno curar sus "memorias" o restaurar su alma a través del perdón? Yo sugeriría que utilice la fórmula del perdón de la Pascua: que usted perdone como Jesús. Así que usted puede preguntar, ¿y cómo perdona Jesús? Vamos a echar un buen vistazo a los acontecimientos que deben estar frescos en nuestra mente.

En primer lugar, cuando Jesús perdona no minimiza ni excusa los pecados de otros. No deja que los pecados de la gente queden como si nada haya pasado ni sugiere que en realidad no han hecho nada mal. No, cuando Jesús perdona él entiende que en el fondo nuestro pecado ha destruido nuestra relación con Él y a su vez con Dios. Nuestro pecado nos ha separado de él y nos está destruyendo de adentro hacia afuera.

Usted ve que nunca va a perdonar a alguien si usted se mantiene excusando a la persona por cómo actuó, o peor aún, si te culpas a tí mismo. Si usted fue abusado o abandonado por sus padres, no fue tu culpa. Si alguien te traicionó o habló mal de tí a tus espaldas, no merecías ser tratado de esa manera. No, perdonar significa enfrentar la naturaleza oscura del pecado contra ti, y reconocer cuán profundamente te ha hecho daño.

En segundo lugar, Jesús voluntariamente optó por pagar por nuestro pecado. Jesús murió en la cruz por nuestros pecados. Él pagó el precio por lo que hicimos mal. Si usted va a perdonar a alguien -usted pagará por su pecado. La verdad es que ya estás pagando por su pecado. Si retienes ese pecado con amargura, vas a seguir pagando una y otra vez. Si perdonas, pagarás el precio una vez y luego experimentarás el poder sanador de la gracia.

En tercer lugar, Jesús no esperó que nosotros hiciéramos las paces con él, él nos perdonó primero. La verdad es que no podemos hacer las paces con él. No podemos hacer que nuestros pecados desaparezcan, y tampoco pueden aquellos que nos han herido y nos han hecho mal. Incluso si vinieran de rodillas arrepentidos y llorando a nuestros pies pidiendo perdón, no haría que el pecado o la ofensa desaparezca. El perdón da el primer paso. Perdonar derrumba la pared y abre una puerta o un camino para la restauración y el amor.

En cuarto lugar, cuando Jesús nos perdonó sucedió en un "tiempo y lugar", sucedió en la cruz. Jesús clavó totalmente en la cruz nuestro pecado. La semana pasada vi algunos clips de nuevo sobre la película de Mel Gibson, "La pasión de Cristo." Yo estaba profundamente conmovido por la escena de apertura cuando Jesús oró en el jardín. Satanás parecía susurrar las palabras: "Nadie puede llevar los pecados del mundo". Estaba equivocado. Jesús lo hizo en ese oscuro viernes por la tarde fuera de las paredes de la ciudad de Jerusalén.

Cuando se me ha herido profundamente a menudo ofrezco a Dios una oración formal de perdón. En mi oración Reconozco mi mal. Confieso lo mucho que me han herido y que no fue mi culpa. A continuación, ofrezco palabras de perdón diciendo: "Padre, voluntariamente los perdono por su pecado, voy a pagar por lo que han hecho, no voy a usarlo en su contra por más tiempo." Cierro mi oración con una oración de bendición a sus vidas -oración para que Dios haga una obra de gracia en ellos.

Este evento "tiempo y lugar" es crítico para mi salud futura. Porque cuando los recuerdos regresan, y ellos vendrán, los llevaré de nuevo a la cruz. Me digo a mí mismo: "Pablo, ya lo has perdonado por ese pecado deja de pensar en ello, dejar de aferrarte a ello." Una vez más, elevo una oración de bendición sobre ellos. Perdonar y olvidar es imposible, aun cuando la Biblia dice que "Dios no recuerda nuestro pecado jamás..." No recordar y olvidar no son la misma cosa. No recordar significa soltar el asunto y tener la intención de no desperdiciar energía al aferrarse a ello.

Por último, Jesús persiguió una relación con los que le habían hecho daño. Jesús se acercó a nosotros. Jesús abrió su corazón para nosotros. Cuando perdonas das el primer paso para llegar a la persona que te ha hecho daño. Trata de restaurar la relación. Sin embargo, permítanme sugerir esta advertencia, si la persona que te ha hecho daño sigue siendo peligrosa para tu salud física, emocional o espiritual, le puedes perdonar sin colocarte en una posición de ser herido una y otra vez. Creo que fijar límites  es sano y a menudo son necesarios en este malvado y decadente mundo en que vivimos.

En resumen, perdonar como Jesús significa:

  1. Llame al pecado, pecado. Es necesario reconocer su dolor y quién es responsable.
  2. Elija pagar el precio.
  3. No espere una disculpa; de el primer paso.
  4. Elija el "tiempo y lugar".
  5. Sea una bendición para la persona que le dañó.

Permítanme terminar con un par de consejos. En primer lugar, el perdón es como una cirugía espiritual. Le va a doler por un tiempo. No confunda el dolor con  la amargura. Puede perdonar y aún sentirse herido, de hecho esto es normal. El perdón no hará que el dolor desaparezca de inmediato, pero iniciará el proceso de sanidad en su vida.

En segundo lugar, el perdón no significa que la persona que le dañó ya se salió con la suya. Jesús le pidió que la perdonara. Es su trabajo ser nuestro defensor y juez. Pablo escribió en Romanos 12:19
No tomen venganza, hermanos míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque está escrito: "Mía es la venganza, yo pagaré," dice el Señor.
Pero no hay que olvidar que si Jesús puede salvarlos sin destruirlos, Él lo hará, al igual que lo salvó a usted.

¿Tiene algún resentimiento hoy? ¿Hay una herida profunda en su corazón y alma que necesita ser sanada? Aprenda del Maestro de Gracia Admirable, perdone, usted nunca se arrepentirá de esta elección de gracia. Se curará su corazón y hará que el mundo sea un lugar mejor.

Hoy, al recordar el milagro de la resurrección, espero que podamos ver la resurrección de nuestro Señor como una jornada hacia el perdón. Sí, Jesús salió con cicatrices, pero por favor que no se nos olvide nunca que las cicatrices son heridas que se han sanado.

Dios quiere que usted y todas sus heridas sanen pronto. Hoy es el día perfecto para empezar.