sábado, 18 de agosto de 2012

Todo Es Posible // Marcos 9:14-29

Cuenta la historia que un equilibrista de la cuerda floja, decidió ir a las cataratas del Niagara y cruzar de un lado al otro para demostrar sus habilidades. Una gran multitud vino a presenciar tal hazaña. Antes de comenzar le gritó a la multitud: "¿Cuántos de ustedes creen que puedo cruzar y regresar?" La multitud gritó al unísono "Si, tu puedes, creemos en ti!" Ganándose el aplauso y el asombro se paseaba en la cuerda floja de ida y vuelta con facilidad. Después, decidió llevar una carretilla y empujarla de ida y vuelta, y otra vez gritó a la multitud: "¿Cuántos de ustedes creen que puedo empujar esta carretilla ahora de espaldas?" Una vez más la multitud gritó: "Si, tu puedes, creemos en ti" Y así otra vez con gran facilidad empujó la carretilla de ida y vuelta. Ahora, para el evento principal, gritó: "¿Cuántos de ustedes creen que puedo empujar a una persona montada en la carretilla?" La multitud estalló en un grito ensordecedor "Si, se puede! Si, se puede!". Luego se dirigió a un joven en la primera fila "Hijo, ¿crees que puedo empujar esta carretilla de ida y vuelta con una persona en ella?" el chico asintió con la cabeza "sí". Entonces el hombre dijo: "súbete". Al instante el joven le perdió la fe, le cambio el rostro, se puso pálido, y pidió que alguien mas lo intentara.

El día de hoy vamos a ver una situación muy similar en la vida de Jesús y sus discípulos; ellos tenían que echar fuera un demonio, pero cuando no pudieron, perdieron la fe. La Escritura dice lo siguiente:
[14] Cuando llegaron adonde estaban los otros discípulos, vieron que a su alrededor había mucha gente y que los maestros de la ley discutían con ellos. [15] Tan pronto como la gente vio a Jesús, todos se sorprendieron y corrieron a saludarlo.
[16] ¿Qué están discutiendo con ellos? les preguntó.
[17] Maestro, respondió un hombre de entre la multitud, te he traído a mi hijo, pues está poseído por un espíritu que le ha quitado el habla. [18] Cada vez que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos, cruje los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no lo lograron.

Si usted siguió el mensaje de la semana pasada recordará que Jesús viene bajando de la montaña con tres de sus discípulos, mientras que los demás estaban abajo esperando. Durante su espera parece que la gente empezó a juntarse.

Cuando Jesús llega, se encuentra con problemas; hay gente discutiendo. Todo parece indicar, que mientras Jesús estaba en la montaña, alguien trajo a un chico endemoniado para que los discípulos lo sanaran. El problema es que, a pesar de que ya habían sacado demonios antes (vea Marcos 6:7,13), esta vez no pudieron. Entonces, la gente se comenzó a juntar y a discutir con los discípulos, incluso, vemos que los maestros de la ley estaban ahí discutiendo con ellos. Tal vez estos fariseos les alegaban diciendo “Ya ven? Les dijimos que Jesús es un charlatán, están siguiendo a la persona equivocada”; mientras que los discípulos trataban de defenderse argumentando las repetidas ocasiones en que ellos sanaron enfermos, sacaron demonios, y ayudaron a mucha gente.

Y en medio de esta discusión acalorada, llega Jesús y les pregunta a sus discípulos la razón de la disputa.  Sin embargo, los discípulos no contestaron, tal vez se quedaron como niños regañados, calladitos y mirando al piso. Y el que termina respondiendo era un hombre de la multitud, padre del muchacho endemoniado; le explica como el demonio lo tiene mudo, lo hace que se convulsione y se quede rígido. Pero los discípulos no pudieron echar fuera al demonio de su hijo, y empezaron a discutir. Es posible que hayan estado discutiendo y culpándose unos a otros, como todos lo hacemos cuando las cosas no salen como lo esperamos. Y Jesús al entender lo que sucede responde de la siguiente manera:

[19] ¡Ah, generación incrédula!, respondió Jesús. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.

Se puede ver la desesperación de Jesús cuando frustrado pregunta “hasta cuando?”. Es evidente que el muchacho seguía endemoniado, mientras que todos ellos están discutiendo cosas sin importancia. Mientras ellos tratan de defender su reputación delante de los maestros de la ley, un muchacho sigue sufriendo, y Jesús reconoce inmediatamente lo que es importante y se desespera porque sus discípulos no tuvieron la capacidad de discernir lo que es realmente importante. La desesperación de Jesús es que ellos en vez de seguir intentando ayudar al muchacho, se ponen a discutir.  Entonces Jesús les pregunta “hasta cuando voy a tener que estar con ustedes y soportar esto?  Era un llamado a la madurez. Así que mando llamar al muchacho y veamos lo que sucede en la historia:

[20] Así que se lo llevaron. Tan pronto como vio a Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que éste cayó al suelo y comenzó a revolcarse echando espumarajos.
[21] ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? le preguntó Jesús al padre. Desde que era niño, contestó. [22] Muchas veces lo ha echado al fuego y al agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.

En cuanto el demonio está en la presencia de Jesús, el sabe que está derrotado y sabe que está frente a alguien que no podrá vencer. El demonio pudo con los otros discípulos, pero cuando ve a Jesús, sabe que tiene que dar lo mejor que tiene, así que empieza a atormentar al muchacho y empieza a convulsionarse frente a Jesús y a su padre. Sin embargo, Jesús no parece estar ya mas enojado, y lo que hace es un poco raro, no se si lo notaron: Jesús comienza a hablar con el padre del muchacho. Jesús decide que ese día no solamente el muchacho necesita de salvación, sino también el padre. Jesús le pregunta el tiempo que el muchacho ha estado así; quiere que el padre se abra y le platique que tanto ha sufrido por su hijo; el padre admite que desde que era niño el ha sido atormentado, y le dice como en veces el demonio lo ha echado al fuego y al agua para matarlo. Uno se puede imaginar que el padre estuvo ahí siempre para rescatar al muchacho de morir quemado y de ahogarse. El diablo eso es lo que quiere, quiere matarnos, si por el fuera, todos estaríamos mejor muertos. El diablo ha venido a matar y a destruir, pero Jesús ha venido a dar vida.

El padre ya tenia mucho tiempo viendo a su hijo sufrir así, y probablemente ya haya intentado de todo para que el demonio dejara en paz a su hijo. Probablemente haya visto doctores, curanderos, terapistas, discípulos, y ninguno pudo ayudarle. Y el padre confiesa su condición, y admite que no está convencido, o no cree que Jesús pueda sanarlo. El dice “si puedes... ayudanos”; el padre probablemente creía que Jesús tenia buenas intenciones, creía que quería ayudarlos, pero no estaba seguro si de hecho podría hacerlo.  Es importante que cada uno de nosotros, vengamos a Jesús admitiendo nuestra condición, a el le agrada que seamos honestos y reconozcamos lo que somos. Si usted es padre o madre, sabe que duele ver a los hijos sufrir por causa del diablo, duele verlos atados a una adicción, a un estilo de vida que el diablo les ha hecho creer que es “bueno” o “normal” y están encadenados a sufrir en la vida. A Jesús le agrada que el padre o madre reconozca que a pesar de que ha hecho todo lo humanamente posible por ayudar a su hijo, no ha podido ayudarle.  Pero tranquilos Jesús está aquí, veamos lo que sucede en la historia:

[23] ¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.

Jesús le contesta al padre del muchacho, “crees que no puedo?”, esto no es nada para mi, “crees que esto es muy difícil para mi?”. Dice, “todo es posible” para los que creen en mi. “Como la vez? Ahora si quieres creer en mi?”  Para Jesús no hay nada imposible, pero el espera que si no creemos en poder lo admitamos, pero también el quiere que lleguemos al siguiente nivel, hay que llegar a creer: el creer en el, es lo que ayuda a que los problemas se resuelvan.  Debemos evitar a toda costa llegar al grado de dudar de Jesús y decirle, “bueno Jesús, si tu puedes, ayudame”. Espero que podamos seguir confiando en el a pesar de los problemas y las dificultades. Jesús puede hacer algo aun cuando todo parezca no tener solución. Veamos lo que Jesús hizo a continuación:

[24]¡Sí creo! exclamó de inmediato el padre del muchacho. ¡Ayúdame en mi poca fe!

Al Jesús terminar de hablar, el hombre pasa al siguiente nivel, pasa a creer en Jesús. Pero me gusta mucho su honestidad; el pide ayuda en su falta de fe.  El admite que no tiene mucha fe, pero pide ayuda. El reconoce que está frente a Dios y que el no le puede engañar y hacerle creer que tiene mucha fe, por que Dios sabe que es mentira. A veces nosotros caemos en el error de pensar que podemos engañar a Dios y hacerle creer que tenemos fe en el cuando en realidad no la tenemos. “Quien te crees que eres para engañar a Dios?” diría Jesús. Todos debemos estar conscientes que Dios ve y conoce nuestro interior y nuestras capacidades, no le podemos engañar. Lo que debemos hacer es admitir nuestra condición, y pedir ayuda. Dios nos puede ayudar a tener fe, pero hay que pedir ayuda. Continuemos viendo la reacción de Jesús:

[25] Al ver Jesús que se agolpaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno.
Espíritu sordo y mudo, dijo, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.
[26] El espíritu, dando un alarido y sacudiendo violentamente al muchacho, salió de él. Éste quedó como muerto, tanto que muchos decían: “Ya se murió.” [27] Pero Jesús lo tomó de la mano y lo levantó, y el muchacho se puso de pie.

Jesús con su poder y autoridad le “ordena” al demonio que salga del muchacho, y el demonio salio del muchacho haciendo algunos estragos en el joven, de tal manera que cuando el muchacho quedo libre, quedo tirado en el suelo, y la gente pensaba que ya había muerto.  Imagínese usted como se ha de haber sentido el padre; el demonio había sido echado fuera, pero no quedo nada mas que un muchacho muerto. Que terrible; pero Jesús lo toma de la mano y lo levanta, el muchacho está vivo, completo, sano.  El padre y el hijo ahora están bien; Jesús nuevamente demuestra la autoridad que le fue dada en la tierra, la autoridad total sobre todas las cosas, espirituales y materiales: tenemos un Dios poderoso. Pero la historia no termina aun, veamos lo que dice la Escritura:

[28] Cuando Jesús entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado:
¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?
[29] Esta clase de demonios sólo puede ser expulsada a fuerza de oración, respondió Jesús.

Después de que todo termino, los discípulos preguntaron porque no pudieron expulsar al demonio y Jesús responde que ese tipo de demonios salen a través de la oración. Y la pregunta obligada es, si Jesús dice que estos demonios salen con oración, entonces cuando se ve a Jesús orando? No se ve a Jesús orando en los versículos que hemos analizado hoy, pero si usted recuerda la semana pasada, Jesús subió al monte con tres de sus discípulos, el iba a orar.  Uno debe orar antes de que la dificultad se presente, si uno ha estado orando con anterioridad, Dios va a estar con nosotros en todo momento. No debemos esperarnos hasta estar en medio de la dificultad para ponernos a orar, el diablo va a agarrarnos desprevenidos.  Los discípulos ya habían sacado demonios antes, Jesús les dio la autoridad, ellos también habían visto a Jesús sacando demonios también, entonces? Que salio mal? Ellos se olvidaron de que no se trata de el poder que ellos tienen, no se trata de la autoridad que les fue dada, sino de parte de quien les fue dada.  Ellos probablemente dijeron como en las películas “te ordeno que salgas de el muchacho” y se olvidaron de que la autoridad y los créditos eran de Dios. O tal vez no pudieron sacarlo a la primera oportunidad y dudaron, les falto mas fe en Dios, recuerda lo que dijo Jesús en el verso [19]?, “generación incrédula!”  Jesús vio que a ellos les falto fe, y no creyeron en el poder de Dios ni la autoridad que Jesús les había dado.

Si usted y yo somos honestos, nos falta mucha oración. Nos falta orar aun cuando no estemos en problemas. Nos falta levantarnos cada día temprano y orar diciendo “Jesús, ayudame, te necesito este día para poder salir adelante, dame mas fe para confiar en ti”. Nos falta llegar ante Dios y confesar que no podemos por nuestras propias fuerzas. Mientras sigamos confiando en nosotros mismos las cosas van a seguir igual o peor hasta que el diablo consiga lo que quiere: destruirnos y a nuestra familia. Es urgente que reconozcamos que solo confiando en el, podemos vivir nuestra vida cristiana de victoria en victoria. El reto es, orar mas, y no esperar a orar cuando tenemos problemas. La gloria sea para Dios.

sábado, 11 de agosto de 2012

Callate y Escucha // Marcos 9:2-13

Imaginemos por un momento que a usted le queda menos de un año de vida. ¿Qué haría usted en el último año de su vida? Algunos llaman a esto una "ultima voluntad", una lista de cosas que quiere hacer antes de "estirar la pata."

Yo de seguro intentaría viajar con el amor de mi vida por distintos lugares simbólicos donde hay gente querida. Viajaría por Chihuahua, El Paso, Nogales, Guaymas, Culiacan, Agua Prieta visitando a viejos amigos y hermanos. Antes de morir me gustaría que se cumpliera mi sueño de ver a México campeón del Mundo en el Futbol; ya están cerca, ya ganaron el Oro en las Olimpiadas 2012 contra Brasil. Me gustaria ver todas las peliculas que haya en el cine en esos dias, y comer mucha pizza. Y finalmente, viajaría a estar mis últimos días viviendo en una montaña, en Cieneguita, Chihuahua, al lado de mi mujer, Nancy, y de mis mejores amigos: Andrés, Lizett, Luis, Heber, "el Potrillo", "el Ponshio", "el Pas Navarro", y "Lalo", haciendo fogatas, cazando, acampando, y meditando en Dios. Me enamore de ese lugar ahí en la sierra de Chihuahua una vez que el Pastor Juan Carlos Navarro me llevó y me platicaba acerca de la necesidad que hay en aquel lugar y de lo mucho que a el le gusta hacer cosas de "Boy-Scout" a la intemperie, y su pasión por las Águilas (no las del Club América sino las aves). Algunos meses después ahí mismo en las montañas, fui con un grupo de apoyo misionero llamado Jóvenes Bautistas en Acción (JOBAAC), donde por primera vez sentí un llamado de parte de Dios, llamado que guarde en secreto por mucho tiempo. Por eso, ese lugar tiene un significado bonito para mi, y ahí me gustaría que Dios dispusiera de mi vida.

Pero usted, ¿qué haría en su ultimo año; cual seria su ultima voluntad? Es divertido pensar en ello, piénselo por un momento. Y déjeme hacerle otra pregunta. ¿Cree usted que Jesús tendría también una ultima voluntad? Obviamente el sabia que vendría a morir, y conocía el día, la hora, y el lugar en donde todo sucedería; y tal vez una de las cosas en su ultima voluntad era ir a las montañas con tres de sus amigos más cercanos; ahí en la montaña tendría una de las experiencias más increíbles de las cuales el ser humano ha sido testigo. Le invito a que estudiemos un poco este viaje a la montaña con Jesús. 

Marcos 9:2 dice lo siguiente:
[2] Seis días después, Jesús se fue a un cerro alto llevándose solamente a Pedro, a Santiago y a Juan. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. [3] Su ropa se volvió brillante y más blanca de lo que nadie podría dejarla por mucho que la lavara. [4] Y vieron a Elías y a Moisés, que estaban conversando con Jesús. [5] Pedro le dijo a Jesús: Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
[6] Es que los discípulos estaban asustados, y Pedro no sabía qué decir. [7] En esto, apareció una nube y se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: “Éste es mi Hijo amado: escúchenlo.” [8] Al momento, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
[9] Mientras bajaban del cerro, Jesús les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. [10] Por esto guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar. [11] Le preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías ha de venir primero?
[12] Él les contestó: Es cierto que Elías viene primero, y que él lo arreglará todo. ¿Y por qué dicen las Escrituras que el Hijo del hombre ha de sufrir y ser despreciado? [13] Pero yo les digo que Elías ya vino, y que ellos hicieron con él todo lo que quisieron, como dicen las Escrituras que le había de suceder.
En estos versículos finales los discípulos preguntan sobre Elías, pero Jesús declara que Elías ya vino, no en su forma física, pero en la persona de Juan el Bautista, y los sumos sacerdotes, los fariseos y los políticos lo rechazaron y lo ejecutaron. Pero lo mas interesante de la historia, desde mi punto de vista, de hecho es lo que sucede en la montaña, así que le invito a que retrocedamos un poco.

Según lo relata Marcos, esto sucede después de seis días; días oscuros, camino hacia a la muerte, los discípulos iban preocupados y confundidos con todo lo que Jesús dijo acerca de "el sufrimiento, la cruz, la muerte, y la resurrección de entre los muertos.” En medio de tanta preocupación por parte de los discípulos, Jesús decide ir con Pedro, Santiago, y Juan, sus tres amigos más cercanos; van a lo alto para encontrarse con Dios, van a la montaña, en donde los lideres mas grandes han sido probados. El ir "arriba" a la montaña habla de un esfuerzo que se necesita para ir más alto y más profundo con Dios. Las montañas no son para todos, la costa es mucho más fácil de caminar, y muchos optan por el camino fácil.

Sin embargo, ahí en la montaña todo da un giro sorprendente e inesperado. Ante sus propios ojos Jesús es "transformado", que tiene el mismo origen que la palabra "metamorfosis". Esta palabra significa "cambiar de forma", así como la oruga se transforma en mariposa. En un instante a Jesús tomó la "forma" que probablemente  había disfrutado en el cielo. Era como si el cielo hubiera bajado y la apariencia de Jesús hubiera cambiado radicalmente. Sus vestidos se volvieron un blanco deslumbrante, un blanco diferente a todo lo que el ojo humano ha visto jamás. La gloria de Dios empezó a emanar desde su cuerpo. Si pensaban que caminar sobre el agua era increíble, los discípulos no habían visto nada todavía.

Si eso no fuera lo suficientemente sorprendente, de repente delante de sus ojos aparecen Elías y Moisés para encontrarse con Jesús. Pero, ¿por qué Elías y Moisés? Algunos estudiosos sugieren que estos dos líderes espirituales representan "la historia de la salvación" del mundo. Elías representa a los profetas y Moisés representa la ley.

Pero, en mi opinión personal, el hecho de que "hablaban" con Jesús me hace pensar que había una necesidad de que se comunicaran. Al reflexionar sobre este momento de tensión en la vida de Jesús, me di cuenta de una de las razones por las cuales estos dos grandes líderes aparecieron, era porque ambos habían sido líderes en tiempos de oposición. Ambos sabían la soledad que se siente cuando viene un gran desafío. Lamentablemente, en el caso de Moisés, el cedió a la presión y trató de resolver el problema con sus propias manos. En el caso de Elías, en un momento de crisis, huyó de Jezabel para salvar el pellejo. Personalmente, creo que lo que vemos aquí es un momento humano de Jesús. A menudo olvidamos que Jesús era totalmente humano y totalmente divino al mismo tiempo. Si alguien sabía la presión que Jesús tenia, eran estos dos hombres. Vinieron para compartir el momento con Jesús y para animarle en el momento difícil. Dios nunca nos deja solos en los momentos de decisión y de crisis, el siempre manda a alguien que puede apoyarnos y hablar a la vida de nosotros.

Pero mientras que Jesús está hablando con Elías y Moisés, Pedro, Santiago y Juan, que estaban presenciando un momento increíble en la historia, parece nunca habían aprendido de buenos modales. En algún momento Pedro se acerca a donde ocurre la conversación e interrumpe a Jesús diciendo: “Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Pobre Pedro, siempre quedando mal. Pero en su defensa Marcos señala que Pedro, Santiago y Juan estaban "asustados". Ellos no sabían qué decir o hacer.
Entonces, ¿qué ocurrió con la petición de pedro? ¿Qué dice Pedro que quiere? Él quiere quedarse en la montaña. Quiere disfrutar del momento. Él quiere tomar unas "vacaciones" de clases con el Maestro Jesús.

Pedro se parecen tanto a nosotros. Cuando las cosas van bien, nos queremos quedar ahí. Nos encanta cuando todas las cosas están bien. Pero mientras la pregunta esta en el aire, incluso antes de que Jesús pudiera responder, una nube viene bajando, y alguien responde cosas que solo Dios diría. Una nube que lo llena todo de manera majestuosa. Debe haber sido algo muy emotivo. De la nube venia la voz de Dios que dijo: “Éste es mi Hijo amado: escúchenlo.” Y con estas palabras, la reunión termina. Con estas palabras, Dios le habla a Jesús ya todos los que han sido llamados a seguirlo.

En este momento de crisis, el Padre quería que Jesús supiera sin lugar a dudas quién era El mismo, y de quien era Hijo. Esta es una palabra para todos los que afirmamos que Dios es nuestro Padre. Cuando Dios es nuestro Padre, ¿a qué le podremos temer?

Dios no sólo quiso recordarle a Jesús que él era su Hijo, sino que también lo amaba. El amor inspira esperanza, confianza, y seguridad en los buenos tiempos y también en los malos. El amor del Padre fue lo que sostuvo a Jesús en su camino hacia la cruz. Su amor inspiró su misión.

En la última declaración crítica que Dios hace muy enfáticamente dice: "escúchenlo". Para ser franco, este es un gran consejo en cualquier circunstancia de la vida: "Escuchemos a Jesús", leamos su palabra.

Entonces, tan pronto como Dios termina de hablar, "de repente" todos se habían ido, Elías y Moisés desaparecieron, la nube desapareció tan rápido como apareció. Cuando Pedro, Santiago y Juan levantaron la vista, ya no había nadie allí, excepto Jesús. El mensaje que Marcos está enviando es bastante claro: En la hora de la dificultad no necesitamos a nadie más que a Jesús. Él es más que suficiente.
Cuando Dios nos lleva a la cima de la montaña, Él quiere enviarnos un fuerte mensaje: simplemente JESÚS es suficiente.

En el caso de nosotros, a veces Jesús nos conduce hasta lo alto de la montaña. El nos ha llamado con un propósito. Pero ni usted ni yo podemos salvar al mundo desde lo alto de la montaña. No, el verdadero trabajo del Reino de Dios se hace en el valle, es tiempo de bajarnos de la montaña. El bajarnos de la montaña implica tomar nuestra cruz, morir a nosotros mismos, y seguirle hasta donde El nos ha de llevar.

Para terminar, Jesús ordena a sus amigos más cercanos que no anden platicando la historia hasta que "el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Es interesante que los discípulos hayan cumplido esta promesa, porque en realidad no sabían que quería decir. Ellos todavía están luchando con la cruz y el hecho de que Jesús tendría que morir. Haga usted de cuenta que los discípulos estaban obsesionados con el sufrimiento de Jesús, y no podían ver la gloria que la resurrección traería al derrotar finalmente al pecado y la muerte. Por un lado, no podían entender "por qué" Jesús tenía que morir, y mucho menos el "cómo" Jesús podría vencer a la muerte. Les parecía imposible humanamente hablando, pero sabemos que para Dios todo es posible, El es digno de confianza.  Jesús tuvo que morir para "salvarnos" de nuestros pecados. Su muerte horrible pagó la pena por todo lo que hemos hecho. Su sangre pagó por el pecado de toda la raza humana.

Jesús sabia el precio que tenia que pagar y nada ni nadie lo iba a distraer de su misión.  En aquella montaña, se reunieron dos hombres que conocían muy bien la presión increíble de conocer y hacer la voluntad de Dios. Muy probablemente ellos animaron a Jesús a "no ceder" a la presión, y no "salir corriendo, sino que se mantuviera firme". Si usted tiene un ministerio o un llamado, Dios tiene para nosotros estas dos frases de animo: “no cedas”, y “no huyas”.

Dios no nos ha llamado a acampar en las cimas de las montañas de la vida. De hecho el nos demanda a bajar de la montaña, a ir al valle y cambiar al mundo. Nadie cambió el mundo mirando de arriba hacia abajo. No! En el camino a la salvación tenemos que atravesar el valle, llevando la cruz, aquella cruz que simboliza el dar el todo por el todo.

¿Cómo podemos seguir a Jesús en este mundo lleno de sufrimiento, de pecado y tanta muerte? Creo que el punto de la historia es simple: escuchemos a Jesús y fijemos nuestros ojos en Él y solo en Él. La frase "no más que a Jesús" lo dice todo.