domingo, 24 de enero de 2016

Una Cosa // Marcos 10:17-31

Para la mayoría de los mexicanos la familia es lo más importante en la vida, de acuerdo a un estudio reciente. Creo que esto es cierto en toda la comunidad latina. La escuela, el trabajo, el dinero, los amigos, son otras de las cosas que son muy importantes en la vida de la gente. Pero, ¿habrá alguna otra cosa importante de que preocuparse? Mira lo que dice esta historia:
[17] Cuando Jesús estaba por emprender su camino a Jerusalén, un hombre se le acercó corriendo, se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?"
18 "¿Por qué me llamas bueno?" preguntó Jesús. "Solo Dios es verdaderamente bueno; [19] pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: 'No cometas asesinato; no cometas adulterio; no robes; no des falso testimonio; no estafes a nadie; honra a tu padre y a tu madre'".
[20] "Maestro" respondió el hombre, "he obedecido todos esos mandamientos desde que era joven."
[21] Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. "Hay una cosa que todavía no has hecho", le dijo. "Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme."
[22] Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones.
[23] Jesús miró a su alrededor y dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!" [24] Los discípulos quedaron asombrados de sus palabras. Pero Jesús volvió a decir: "Queridos hijos, es muy difícil entrar en el reino de Dios. [25] De hecho, ¡es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios!"
[26] Los discípulos quedaron atónitos. "Entonces, ¿quién podrá ser salvo?" preguntaron.
[27] Jesús los miró fijamente y dijo: "Humanamente hablando, es imposible, pero no para Dios. Con Dios, todo es posible."
La historia comienza con un hombre que llegó corriendo a arrodillarse a los pies de Jesús. Esta es una de las pocas ocasiones en que sucede esto en la vida de Jesús. El hombre se refiere a Jesús como maestro y como bueno. Es un buen toque de respeto y de adulación al que al principio Jesús parece reaccionar de manera abrupta, sin embargo pareciera que Jesús quiere que el hombre reconozca no solo la calidad intelectual de Jesús sino también su naturaleza divina.
El hombre preguntó lo que tenía que hacer para tener vida eterna. Es una pregunta válida, pero que es común en las personas que les va bien en la vida. Generalmente los que sufren en la vida, los que batallan día con día, los que apenas pueden salir adelante en medio de la opresión y el abuso, ellos generalmente no desean extender su vida para siempre, sino que tienen la esperanza de que un día el sufrimiento terminará y todo estará bien en el más allá. Pero aquellos que lo tienen todo en la vida, poder, riqueza, ellos quisieran que eso les durara para siempre. Note que el hombre no está preguntando como ir al cielo, o como asegurar un lugar con Dios en el más allá, el hombre quiere tener vida para siempre.
Jesús le dijo que cumpliera con los mandamientos, pero es curioso que Jesús le mencionó solo algunos de los mandamientos, aquellos que tienen que ver con la relación entre el hombre y la comunidad: no cometas asesinato, no cometas adulterio, no robes, etc. Jesús omite los mandamientos que se refieren a la relación entre el hombre y Dios: no tendrás dioses ajenos delante de mí, no tomarás el nombre de Dios en vano, etc. Una posibilidad es que Jesús, siendo el Hijo de Dios, sabía perfectamente la condición de la relación entre este hombre y Dios.

Pero Jesús dice, solo te falta una cosa: "vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme". A primera vista las instrucciones incluyen tres pasos, en los cuales Jesús demuestra su cuidado hacia los pobres y su amor hacia el hombre al invitarlo a ser un seguidor de él. Pero el hombre responde de manera negativa. Se va. Triste. El hombre era poseído por sus posesiones.
Personalmente pienso que cualquiera que no esté listo para poner en Jesús en primer lugar, no está listo para ser Su discípulo. Las prioridades de este hombre estaban mal. Y eso le costó el ser discípulo de Jesús. ¿Qué hubiera pasado si el hombre hubiera hecho lo que Jesús pidió de él? Tal vez tuviéramos grandes historias y testimonios acerca de él en la Biblia. Pero el decidió por aquello que era menos importante.

Jesús aprovecha para enseñar a sus discípulos. Les dice, que es casi imposible que un hombre rico entre en el Reino de Dios. Y agrega que, de hecho, para cualquiera es muy difícil entrar en el Reino de Dios.  Los discípulos se asombraron y sintieron que, entonces, nadie podría ser salvo, sería imposible. No hay nada que hacer. Es literalmente imposible para todos nosotros ser salvos. Pero aquí Jesús declara una de las enseñanzas más grandes en la Biblia, una doctrina importantísima en el Cristianismo. La premisa es la siguiente: no hay nada que el hombre pueda hacer para ser salvo, es imposible, pero para Dios no hay nada imposible. Solo por el favor inmerecido de Dios, nosotros podemos ser salvos.

Muchas veces hemos visto a personas usar este versículo para decir que no hay nada imposible para Dios y que Dios puede hacer milagros en tu vida y darte lo que necesitas. Aunque ciertamente Dios puede hacerlo, este versículo de da en el contexto de la salvación. Hay muchos versículos para apoyar la omnipotencia de Dios, pero este versículo nos dice específicamente que Dios puede salvar a quien sea. Nosotros podremos conocer a la persona más corrupta, más mentirosa, más hiriente, imposible que sea salva, pero con Dios no hay nada imposible.

Al haber visto a un hombre rechazar a Jesús a cambio de sus posesiones, Pedro trata de explicarle a Jesús que ellos sí lo han dejado todo para seguir a Jesús. La historia continua así:
[28] Entonces Pedro comenzó a hablar. "Nosotros hemos dejado todo para seguirte", dijo.
[29] "Así es", respondió Jesús, "y les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia [30] recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna. [31] Pero muchos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes, y aquellos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes.
Cuando Pedro habla declarando lo que ellos han dejado todo para seguirlo, Jesús responde asegurando que ellos recibirán ahora mismo cien veces más lo que han dejado por El. Podemos vernos tentados a interpretar esto de manera literal, pero dudo que Jesús haya querido dar una cantidad exacta, pienso que es algo simbólico de mucho más de la cantidad original. Tal vez no necesitemos 100 padres, o 300 hermanas. Pero tenemos la garantía de tener muchos.

Mi esposa y yo nos hemos mudado de ciudad en varias ocasiones y hemos dejado a nuestros padres, amigos, hermanos. Y cada vez hemos buscado de inmediato una iglesia a la cual asistir. En cada congregación a la que hemos asistido hemos encontrado a gente que se preocupa por nosotros, que cuida de nosotros, y aunque extrañamos a nuestros familiares, ha habido muchos otros que han hecho el papel de padres o hermanos. Es un fenómeno impresionante. Pienso que uno de los beneficios de ser un seguidor de Cristo es que tenemos acceso a familiares en la familia de Cristo, y nos preocupamos los unos por los otros, como una gran familia. Pero también hay un riesgo inminente de persecución, especialmente para los seguidores de Jesús en el primer siglo.

Antes de que la historia termine, Jesús reafirma uno de los principios de liderazgo que estableció unos párrafos atrás en el mismo capítulo: el liderazgo de siervo, donde Jesús invierte los papeles. Los que parecen ser menos importantes, serán los más importantes.

El reto para todos nosotros en esta historia es analizar nuestras prioridades y asegurarnos de que estamos a dar el todo por el todo por seguir a Jesús. Dios no quiere nuestro dinero, Dios quiere ser el número uno en nuestras vidas. Cuando Dios es el primero, tenemos la seguridad de que nunca estaremos solos en los momentos difíciles en la vida, Jesús estará a nuestro lado, dándonos la mano. Pero debemos pensar también que Dios nos puede usar a nosotros para darle la mano a alguien más. Mi oración es que todos estemos alertas para poder ver con los ojos de Jesús y extender la mano a nuestro prójimo, y que se pueda manifestar el amor transformador y salvador de Cristo Jesús. Amén.