domingo, 27 de febrero de 2011

A Como de Lugar // Marcos 2:1-12

A Como de Lugar
Marcos 2:1-12

La historia de hoy se desarrolla cuando Jesús regresa a casa en el área de Capernaúm. Marcos nos cuenta la siguiente historia:

"[1] Algunos días después, Jesús volvió a entrar en Capernaúm. En cuanto se supo que estaba en casa, [2] se juntó tanta gente que ni siquiera cabían frente a la puerta; y él les anunciaba el mensaje. [3] Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico. [4] Pero como había mucha gente y no podían acercarlo hasta Jesús, quitaron parte del techo de la casa donde él estaba, y por la abertura bajaron al enfermo en la camilla en que estaba acostado. [5] Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
[6] Algunos maestros de la ley que estaban allí sentados, pensaron: [7] "¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Solo Dios puede perdonar pecados." [8] Pero Jesús en seguida se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó: ¿Por qué piensan ustedes así? [9] ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: 'Tus pecados quedan perdonados', o decirle: 'Levántate, toma tu camilla y anda'? [10] Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.
Entonces le dijo al paralítico: [11] A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
[12] El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos. Por esto, todos se admiraron y alabaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto una cosa así.” Marcos 2:1-12 (DHH).


Jesús estaba en una casa, pero había una gran multitud de tal manera que la gente ocupaba todo posible hueco y ya no había más espacio para nadie. Hay un grupo de hombres que tienen un amigo que esta paralítico. Ellos iban decididos a llevar a su amigo hasta Jesús y, según Marcos, no fueron capaces de lograrlo debido a la multitud. La multitud estaba bloqueando el camino, no les ayudó nadie. Algunas veces nosotros mismos estamos en el camino de otras personas que quieren llegar a Jesús y lamentablemente no se lo permitimos, tristemente solo les estorbamos.

Estos amigos estaban decididos a hacer todo lo posible para llevar a su amigo hasta la misma presencia de Jesús. Ellos, dispuestos a todo, decidieron a entrar por el techo haciendo un agujero. Cuando lo hicieron, finalmente su amigo pudo estar delante de Jesús. Cuando el hombre desciende, lo primero que Jesús hace es voltear hacia arriba para ver a los amigos y ver su fe. Fue la fe de los amigos lo que inspiró a Jesús para que ayudara.

Probablemente la mayoría de nosotros tenemos familiares o amigos que están teniendo algunos de los momentos más difíciles en su vida. ¿Usted cree que Jesús pueda ayudar en esa situación? Los amigos del paralítico lo creyeron así. ¿Que tanto creemos en Jesús? Si tan sólo tuviéramos la misma fe que tuvieron estos amigos, Jesús actuaria sin duda alguna.

Jesús le dijo al paralítico que sus pecados le habían sido perdonados. Esto tuvo que parecer extraño para los amigos; ellos podrían haber pensado "a caray, lo trajimos para que lo sanara, no para esto". Pero este joven, el paralítico, supo que Jesús había dado justo en el blanco: eso es justo lo que necesitaba y Jesús lo sabía.

En los tiempos modernos nosotros atribuimos las enfermedades y el sufrimiento a las bacterias, virus, o parásitos. Pero, ¿podría ser que Jesús estuviera sugiriendo que a veces la raíz de estos problemas es el pecado? No cabe duda de que a veces nosotros mismos sabemos que estamos siendo atormentados físicamente por cosas que no debíamos haber hecho. Nuestro pecado nos afecta tanto física como espiritualmente: la vergüenza es extremadamente tóxica. Así que Jesús le sanó al perdonar sus pecados.

Cuando Jesús dijo esto, los maestros de la ley estaban ahí sentados pensando: “¡Blasfemia! Sólo Dios puede perdonar los pecados”. Pero Jesús sabía lo que estaban pensando y les preguntó: ¿Que es más fácil, perdonar el pecado, o sanar a este hombre? Para nosotros es imposible responder a esta pregunta, porque no podemos hacer ninguna de las dos cosas. Pero al hacer lo que hizo les hizo saber que Él, el Hijo del hombre, tenía autoridad para hacer todo este tipo de cosas. Él le dijo al paralítico: Levántate y vete a casa. Y el paralítico lo hizo. Se levantó y se fue a su casa. La gente a su alrededor decía: nunca hemos visto algo como esto.

Pero, ¿por qué Marcos nos dice esta historia? Primeramente Él está tratando de decirnos que si realmente nos importa, debemos traer a nuestros amigos a Jesús cueste lo que cueste: Jesus es el único que puede cambiar sus vidas.

La otra cosa que Marcos nos quiere transmitir es que hay algunos de nosotros que desesperadamente deseamos ser limpios, queremos ser perdonados. Pero creemos que no es posible que Él nos perdone después de todo lo que hemos hecho. Pero recordemos que Él sabe perfectamente lo que hemos hecho, y él está dispuesto a perdonarnos. Su muerte tuvo que ser tan terrible y tan horrible para que quedara claro lo siguiente: no importa lo qué hayamos hecho, Su sacrificio es suficiente para cubrir nuestro castigo. Él quiere susurrarnos al oido: hijo, hija, te perdono.

La Escritura dice: "Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente." Salmo 103:12 (DHH)

domingo, 20 de febrero de 2011

Compasión // Marcos 1:40-45

Estimado lector, permitame hacerle una pregunta: ¿Cree usted que Dios puede responder a sus oraciones? Bien, ahora déjeme hacerle una pregunta diferente, probablemente sea más difícil de responder: ¿Cree usted que Dios está dispuesto a contestar sus oraciones?

Es muy difícil responder a la última pregunta, ya que depende totalmente de su experiencia y entendimiento acerca de Dios. A veces pensamos que Dios responde las oraciones de otras personas, excepto la nuestra. Creemos que Él tiene algunos favoritos, y que nosotros no somos uno de ellos. Por lo tanto, hoy vamos a tratar de responder a la cuestión de la disposición/voluntad de Dios para responder a nuestras oraciones.

Antes de examinar esta historia, recordemos que la lepra es una enfermedad muy poco común en la actualidad. Pero en el mundo antiguo era una enfermedad bastante común y horrible: a uno como leproso le salen llagas que no desaparecen y uno pierde la sensibilidad en las extremidades hasta el punto de que si un dedo está infectado uno no siente nada y, finalmente, el dedo se nos caerá a pedazos. Además, a uno se le prohibiría vivir en la comunidad, lo que significa que uno tenía que sufrir y morir solo. Si uno quería entrar en la ciudad, uno debería gritar en todo momento con todas tus fuerzas: "¡Inmundo! o ¡Impuro!" De esta manera todo mundo podría evitar estar cerca de uno.

La historia comienza en Marcos 1:40-45:
"[40] Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó:
  —Si quieres, puedes limpiarme.
[41] Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole:
  —Sí quiero. ¡Queda limpio!
[42] Al instante se le quitó la lepra y quedó sano. [43] Jesús lo despidió en seguida con una fuerte advertencia:
[44] —Mira, no se lo digas a nadie; sólo ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que sirva de testimonio.
[45] Pero él salió y comenzó a hablar sin reserva, divulgando lo sucedido. Como resultado, Jesús ya no podía entrar en ningún pueblo abiertamente, sino que se quedaba afuera, en lugares solitarios. Aun así, gente de todas partes seguía acudiendo a él." Marcos 1:40-45 (NVI).


¿Pudo usted notar la desesperación del leproso? El no gritó "¡Inmundo!" como se suponía que debía haberlo hecho. Su desesperación era tan grande que le rogó a Jesús de rodillas y con la cara hacia el suelo. Pero lo que es muy interesante es lo que el leproso dijo: "Si quieres, puedes limpiarme". El leproso entendía que ningún médico lo podía curar, pero también escuchó los testimonios en las Escrituras que por el poder de Dios, varios leprosos han sido sanados. En esencia, el leproso estaba reconociendo que Jesús puede hacer lo que sólo Dios puede hacer, no estaba cuestionando si es capaz de hacerlo o no: está absolutamente seguro de que Jesús, por el poder de Dios, es capaz de curarlo. La pregunta entonces es: si está dispuesto a hacerlo.

El leproso no solo estaba pidiendo que lo curaran sino que también quería la limpieza total. Este hombre quería recuperar esa relación personal que tenia con su familia, estaba solo y estaba desesperado buscando ayuda: él cree que Jesús lo puede ayudar, y nosotros también creemos que el puede. Pero, ¿Creemos que Jesús está dispuesto a ayudarnos? ¿Pensamos que somos importantes para Dios? ¿Creemos que Él puede estar interesado en lo que sucede a nuestro alrededor? O, ¿estamos siendo como este leproso preguntando si él está dispuesto a ayudarnos?

¿Se ha encontrado usted en el mismo lugar que este leproso? A lo que me refiero es que hay veces que oramos, nos ponemos de rodillas en medio del sufrimiento, le pedimos a Jesús que nos ayude, y entonces nos preguntamos con cierta expectativa ¿que es lo que irá a hacer Jesús? Lo que Marcos nos dice que Jesús tuvo compasión. Marcos está usando una palabra que es muy emocional, muy sentimental, Jesús sintió algo muy profundo en su corazón que era único y especial. Fue tan especial que se atrevió a tocar a este hombre que no había sido tocado desde contrajo la enfermedad de la lepra.

Dios está tan interesado en nosotros que no sólo está dispuesto a ayudarnos, sino que también está dispuesto a acercarse y tocar nuestras vidas, aunque eso implique que El se haga impuro. Dios está dispuesto a sanar tu vida.

El leproso fue curado instantáneamente como en los cuentos de hadas: fue simplemente increíble! No me lo puedo ni siquiera imaginar. Y este es uno de esos momentos en que Jesús muestra su indescriptible poder. Sin embargo, tengamos en cuenta que Jesús le pide al hombre que vaya con el sacerdote y ofrezca los sacrificios requeridos en la ley de Moisés. En otras palabras, Jesús quiso mostrarle al sacerdote un testimonio vivo de que Dios está en la ciudad en la persona de Jesús y que Él está dispuesto a tocar las vidas de las personas. Y también quería que el sacerdote supiera que todo sucedió bajo el estricto cumplimiento de la ley.

También tengamos en cuenta que Jesús le pidió al hombre que no dijera nada a nadie sobre esto. Jesús no quería ser un simple hacedor de milagros, en vez de eso, El quiere salvar a la gente, que es lo que realmente le importa a él. Sin embargo, el ex-leproso omite esta parte y al contrario va y le dice a todos acerca de Jesús. Este llego a ser un problema tan extremo que Jesús ya no podía entrar en ninguna ciudad, porque la gente llegaba por todas partes.

¿Puede usted visualizar el problema? Jesús le dijo a este hombre que no le dijera a nadie, sin embargo, el les dijo a todos, y Jesús a nosotros nos mandó a decirle a todos, y nosotros no le estamos diciendo a nadie. ¿Puede usted ver la ironía? ¿Cuál es nuestro problema entonces? Todos tenemos una historia con Jesús, ¿no?, ¿por qué tenemos que guardarla para nosotros? Hay gente ahí fuera que necesita escuchar de nuestra historia con Jesús. Si tan solo nos ponemos a hacer lo que se supone que debemos hacer, pronto no habra espacio en las iglesias, porque hay muchas personas que realmente necesitan a alguien que realmente se preocupe por ellos: Jesús.

¿Recuerda usted la pregunta inicial? Bueno, la respuesta es . Jesús está dispuesto, Él está listo, y él es capaz de ayudar, solo tenemos que pedirselo.

domingo, 13 de febrero de 2011

La Suave y Quieta Voz // Marcos 1:35-39

Buscando por el Internet acerca de las tareas de los ministros y pastores, encontré un artículo que dice así:

El Pastor Perfecto
  • El pastor perfecto predica exactamente 10 minutos.
  • El predica y condena rotundamente el pecado pero nunca hiere los sentimientos de nadie.
  • Él tiene 29 años y tiene 40 años de experiencia.
  • El pastor perfecto tiene un ardiente deseo de trabajar con los jóvenes, y pasa la mayor parte de su tiempo con los adultos mayores.
  • Sonríe todo el tiempo con una cara seria

Obviamente, esto es una broma creada por pastores que trataban de complacer a la gente. Muchos pastores hoy caen en la trampa de ser “complace-gentes”. Este es un error muy común en los predicadores jóvenes como tal vez alguien que usted conozca, o incluso usted, o yo. El problema con complacer a la gente es que es un círculo vicioso, que nunca le dejará satisfecho ni a usted ni a la gente. Marcos, en la historia de hoy, nos dice cómo Jesús manejó una situación similar.

Recordemos... Jesús acaba de realizar un par de milagros, echo fuera a un demonio y sanó a la suegra de Pedro, y toda la ciudad se reunió a la puerta. Para esto, Jesús ya era muy famoso, estaban pasa do cosas buenas. ¿Puede usted imaginarse a Pedro y a Andrés todos entusiasmados por tener a Jesús como amigo? Era como tener una pijamada con una celebridad. Veamos lo que sucedió a la mañana siguiente de acuerdo a lo que nos dice Marcos:

"[35] En la madrugada, Jesús se levantó y fue a un lugar solitario para orar. [36] Más tarde, Simón y sus compañeros salieron a buscarlo. [37] Cuando lo encontraron, le dijeron:
—Todos te andan buscando.
[38] Pero Jesús les dijo:
—Vamos a otros pueblos cercanos. También allí debo anunciar estas buenas noticias, pues para eso vine al mundo.
[39] Jesús recorrió toda la región de Galilea anunciando las buenas noticias en las sinagogas de cada pueblo, y expulsando a los demonios." Marcos 1:35-39 (TLA).

En esencia, todo el pueblo estaba emocionado por Jesús y al día siguiente antes que el sol saliera, Jesús se escapó a un lugar solitario. Esto puede parecer extraño, pero recordemos que Jesús hasta ahora ha ido dos veces a lugares solitarios: la primera vez fue cuando se vio impulsado por el Espíritu Santo al desierto para tener un encuentro cara a cara con el enemigo, y esta segunda vez es conducido al desierto... por el peligro de la popularidad.

Para muchos de nosotros no representa un peligro lo que hacemos en tiempos de adversidad, sino lo que hacemos en los tiempos buenos. Hay una tentación sutil en los tiempos buenos y en la popularidad. Jesús fue lo suficientemente inteligente como para detectar la sutil presión de la popularidad. Así que se fue a un lugar privado para orar: no sabemos lo que Él oró con exactitud. Pero, recuerda como Jesús enseñó a sus discípulos a orar? Tal vez Jesús quería reafirmar su compromiso con el Padre diciéndole: hagase Tu voluntad, yo sólo haré lo que Tu quieras que yo haga, yo sólo seré lo que Tu quieras que sea.

Si nos ponemos a pensar por un momento, un huracán es algo similar a lo que Jesús experimentó aquí...

La gente estaba emocionada por Él, tenían expectativas muy altas: era el centro de la atención de todos. Y en medio de todo esto se encontró un lugar tranquilo (el ojo de la tormenta). Se dice que el ojo de la tormenta es el lugar más tranquilo en la tormenta: incluso dicen que se pueden ver claramente las estrellas por la noche. Fue allí, en la soledad, donde Jesús podía oír la voz de su Padre.

La historia continúa y Pedro y sus compañeros comenzaron a buscar a Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron: "todo mundo te está buscando!" En el griego, la palabra que se usa de hecho significa que estaban cazando a Jesús. Es probable que Pedro y sus compañeros estaban pensando: "¿Que tiene en la cabeza Jesús, que no entiende que todo el mundo lo está buscando? ¿No entiende que este es su gran momento? ¿Qué le pasa? "

Entonces para rematar Jesús les dice: "Vamonos a otro lugar". Conociendo a Pedro esto tuvo que hacerlo explotar: "¿Qué? ¿Es en serio? Todo el mundo te busca, te están esperando!". Entonces Jesús le dice que quiere ir a las aldeas cercanas para poder predicar allí también. Pero nótese la frase "Para eso vine al mundo".

Cuando Jesús se fue al lugar solitario, fue para hacer una pregunta: "¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es el propósito de mi vida? Estoy aquí para complacer a estas personas? Estoy aquí para ser famoso?". Así que cuando Jesús estaba en la presencia de Su Padre, Él le recordó cual era su propósito: predicar el Reino de Dios.

Hay algo especial en tener un tiempo devocional con Dios en un lugar solitario. Podemos verlo en la historia de Elías, cuando huía de Jezabel, la reina malvada, cuando Dios le habló con una voz suave y silenciosa (1 Reyes 19:11-13).

Usted y yo necesitamos encontrar un lugar tranquilo, necesitamos orar. Tenemos que buscar el rostro de Dios para que nos pueda contestar el "¿por qué estamos aquí?". Él quiere guiarnos a través de su perfecta voluntad.

domingo, 6 de febrero de 2011

Su Toque Personal // Marcos 1:29-34

¿Cuándo fue la última vez que usted fue a visitar al médico? Usted se debe acordar de la regla de los hospitales: hay que ser paciente! :)

Cuando estamos en un hospital de alguna manera se nos recuerda que no vamos a vivir para siempre. Cada vez que uno visita un hospital inevitablemente piensa en la muerte. Analicemos una historia que Marcos escribe, y que esta relacionada con la muerte. En esta historia, Jesús se encuentra ante un grupo de personas que le tienen miedo a la muerte. La Escritura dice:

"[29] Luego Jesús salió de la sinagoga y se fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. [30] Cuando entró en la casa, le dijeron que la suegra de Simón estaba enferma y con fiebre. [31] Jesús fue a verla, la tomó de la mano y la levantó. En ese mismo instante la fiebre se le fue, y la suegra de Simón les sirvió de comer.
[32] Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y todos los que tenían demonios. [33] Todo el pueblo se reunió a la entrada de la casa de Simón. [34] Allí Jesús sanó a mucha gente que tenía diferentes enfermedades, y también expulsó a muchos demonios. Pero no dejaba hablar a esos demonios, porque ellos lo conocían." Marcos 1:29-34 (TLA).

En primer lugar, hay que recordar que Simón es el apóstol Pedro que todos conocemos. En segundo lugar, es necesario también recordar que en aquellos días, la fiebre era un indicador de una enfermedad que más adelante traería la muerte. Por lo tanto, cuando una persona tenia fiebre, tenia un grave problema.

Así que la gente le pidió a Jesús que fuera a ver a la suegra de Pedro. Jesús va a la casa y la tomó de la mano y la levantó. Jesús la tocó. La mayoría de los médicos hoy en día tratan de evitar cualquier contacto físico con los pacientes que están muy graves: Usan guantes, batas y cubre-bocas. Pero a esta mujer Jesús la tocó.

Jesús no se conforma con simplemente orar por ella. A él le gusta involucrarse con la gente. Él tiene un deseo de tocar a los enfermos y estar cerca de ellos. Marcos nos dice que cuando Él la ayudó a levantarse la fiebre se le fue: El la sanó.

Yo creo en la sanidad, al igual que muchas personas. ¿Ha estado usted en una iglesia que tiene un servicio de oración los miércoles, en el cual vamos nombre por nombre orando por cada persona que conocemos? Lo hacemos porque creemos que la sanidad existe. Sea a través del bisturí, la quimioterapia, las píldoras, o lo que sea, yo creo que toda sanidad proviene de Dios.

Conocemos muchas historias acerca de personas que han sido sanadas por el poder de Dios, tal vez usted ha leído algo en las Escrituras, a lo mejor conoce usted a alguien, tal vez usted es uno de ellos, que al igual que esta mujer, fue sanado. Marcos nos dice que esta mujer estaba tan agradecida que ella comenzó a servirle comida a Jesús como mesera.

Y entonces los rumores de Jesús el sanador comenzaron, y también acerca de Jesús el que echa fuera demonios, como vimos en la historia de la semana pasada. Tenga en cuenta que este era el día de reposo, que comenzó el viernes por la noche y terminaba el sábado por la noche. Los Judíos, por lo tanto, no podían hacer nada en el día de reposo hasta el sábado en la noche. Entonces, tan pronto se puso el sol, versículo 32, el pueblo entero se reunió a la puerta. Todas las personas trajeron a sus familiares y amigos a Jesús.

¿Puede usted imaginar cómo fue ese día? Voy a tratar de ponerlo en términos actuales: es como una sala de urgencias de un hospital económico en un día festivo. Esta lleno de enfermos y no hay médicos. Allí se puede ver a la madre llorando por su bebé que no responde en sus brazos. Se puede ver a un marido en pánico ayudando a su esposa a caminar porque esta muy pero muy enferma. Ahora imagínese la cara de aquella madre después de que Jesús tocó a ese bebé y fue sanado. ¿Puede visualizar la cara del marido después de que Jesús le ayudó a la esposa a ponerse de pie completamente sanada? Eso era lo que pasaba aquella noche.

La gente estaba desesperada, impotente, y se acercó a Jesús para descubrir que Él es poderoso. Descubrieron que con un simple toque de su mano personas fueron sanadas. Nosotros podremos ser impotentes, pero El es todo poderoso.

Mi cuñado y su esposa estaban muy preocupados hace unos años porque a mi sobrina se le diagnosticó cáncer en sus células: leucemia. La iglesia estaba muy unida orando por ella. Toda su familia inmediata y también su familia extendida estaba en oración y con buenas expectativas. Pero fue terrible verlos  viajar una y otra vez, gastando todo lo que tenían en el hospital el tratamiento de la quimioterapia. Cada vez que iban a la terapia, su pequeño bebé sufría terriblemente, no puedo ni siquiera imaginar cómo se sintieron ellos. Tengo que confesar que yo tenía mucho miedo de perderla: Me sentí impotente, inútil, y hasta recuerdo haberle dicho a mi esposa que quería donar de mi medula ósea. Pero un día, recibimos la noticia de que ella iba a estar bien. Contuvimos un poco nuestro entusiasmo y nos mantuvimos orando por ella, hasta que el día oficial llegó, en el que supimos que ella estaba curada del cáncer. Hoy en día ella es la típica niña consentida, cachetona, traviesa, y con un cabello muy largo y hermoso. Creemos que el poder de Dios la sanó. Nosotros la amamos tanto como Dios la ama.

Jesús sanó a muchos como ella, pero también la Biblia nos dice que El también lidió con Satanás. También le trajeron gente poseída por demonios, versículo 34. Jesús expulsó a los demonios uno por uno, se trataba de una guerra espiritual mano a mano entre Jesús y Satanás. Jesús les obligó a salir de estas personas.

Note que Jesús no les permitía hablar, porque ellos, los demonios, sabían quién era Jesús. Es muy interesante para mí que la Escritura dice: "no dejaba hablar a esos demonios, porque ellos lo conocían"... ¿Por qué se nos dice esto? Pues podríamos evidenciar que en el ámbito celestial todos saben quién es Jesús. Pero, ¿qué más hay aquí? Yo creo que como los demonios conocen perfectamente el poder que tiene Jesús, ellos sabían que las cosas iban a ser diferentes con Jesús en su alrededor, y como estaban los demonios muy asustados les dijo que se callaran.

Pero ¿qué pasa con nosotros? Nosotros también sabemos quien es Jesús. ¿No debería ser esto suficiente para que creamos que las cosas pueden ser diferentes? Jesús está aquí, y por lo tanto las cosas pueden cambiar. La única diferencia es que Jesús no nos está diciendo que nos callemos, como lo hizo con los demonios. Jesús quiere que nos demos cuenta de que él está aquí y que puede y quiere cambiar las cosas, y que él no quiere que guardemos silencio al respecto. En realidad El quiere que le digamos a los demás lo que Él es.

Tal vez usted una de esas personas que tiene miedo de hablar acerca de Jesús. Esta bien, no se preocupe y confiéselo ante Jesús, recuerde lo que dice la Escritura en este Salmo que es una oracion:

"Cuando tengo miedo, confío en ti." Salmo 56:3 (DHH).

Espero que el día de hoy podamos confesar a Jesús a nuestros temores: depresión, ansiedad, enfermedad...  Confiemos en El. Lo reto a que esta noche susurre este Salmo y que experimente la paz de Dios, porque Jesús puede y quiere cuidar de usted.