El 2
de enero de 2007, Jane Meredith Adams y su hija, Claire, abrían una
caja con cosas viejas de la infancia de Jane. Mientras estaban
hurgando en la vieja caja, Claire se encontró con un osito de
peluche que Jane usaba cuando tenía la misma edad que Claire, el
osito era una criatura muy querida llamada Teddy. "¿Cómo es
que Teddy no tiene pelo?" Claire le preguntó. "¿Por qué
no tiene los ojos?" Entonces Jane le explicó que el perro de su
primo había masticado el osito de peluche cuando eran niños. Claire
estaba espantada, asustada. Con compasión, ella besó los hoyos
vacíos donde irían los ojos de Teddy. Prontamente, ella le informó
a su hermano gemelo, Drew, lo que había sucedido. "Tenemos que
arreglarlo", dijo la pequeña.
Lo
que pasa es que, los niños tienen una capacidad innata de compasión.
Aunque pequeños en estatura, es natural que los chicos se
identifiquen con los animales de peluche, otros niños, mascotas y
personas en desventaja. Quizás, es por eso que Jesús insistió en
Mateo 18:3, que debemos ser como niños para entrar en el reino de
Dios. Jesús quiere que tengamos la capacidad que estos niños
tienen, en particular en la historia de hoy, esta capacidad sería la
compasión. Leamos lo que dice la Escritura ...
[30] Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. [31] Pero eran tantos los que iban y venían, que ni tiempo tenían para comer. Entonces Jesús les dijo: “Vengan, vamos a un lugar tranquilo para descansar a solas.”[32] Y él y los apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. [33] Pero la gente que los vio partir adivinó hacia dónde iban. Así, la gente de todos los pueblos cercanos se fue a ese lugar, y llegó antes que Jesús y sus discípulos.[34] Cuando Jesús bajó de la barca, vio la gran cantidad de gente que se había reunido y les tuvo compasión, porque parecían ovejas sin pastor. Entonces empezó a enseñarles muchas cosas.[35] Por la tarde, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: Este lugar está muy solitario, y ya se está haciendo tarde. [36] Despide a la gente, para que vaya a buscar comida por los campos y los pueblos cercanos.[37] Jesús les dijo: Denles ustedes de comer. Ellos respondieron: No podemos comprar pan para tanta gente. ¡Para eso nos hace falta el salario de todo un año![38] Jesús les dijo: Vayan a ver cuántos panes tienen ustedes. Ellos fueron, y al rato regresaron diciendo: Tenemos cinco panes y dos pescados.[39] Entonces Jesús ordenó que todos se sentaran en grupos sobre el pasto verde. [40] La gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. [41] Luego Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes, y los dio a los discípulos para que los repartieran entre toda la gente; lo mismo hizo con los dos pescados.[42] Todos comieron hasta quedar satisfechos. [43] Luego los discípulos llenaron doce canastas con los pedazos de pan y de pescado que habían sobrado. [44] ¡Y fueron más de cinco mil hombres los que comieron de aquellos panes y pescados! – Marcos 6:30-44 (TLA)
Previo
a esta historia, Jesús y sus discípulos estaban reunidos, Jesús
sanó a una mujer enferma y trajo de vuelta a la vida a una
jovencita, y luego se fueron a la ciudad donde Jesús había crecido,
y donde continuó enseñando en las sinagogas. Luego escogió al
famoso grupo de 12 discípulos y los envió para sanar y predicar, y
cuando regresaron no cesaban de enseñar a la multitud acerca de
Jesús y del reino de Dios. El número de personas que Jesús y sus
discípulos estaban ministrando era muy grande, que ni siquiera
tenían oportunidad de comer. Incluso cuando ellos trataron de ir a
un lugar solitario a descansar, la gente los siguió de todas las
ciudades cercanas. Entonces Jesús comenzó a enseñarles a las
personas, como un pastor que cuida de sus ovejas, es decir, con amor.
A continuación, casi como si Jesús estuviera poniendo a prueba la
compasión de sus discípulos, ellos voluntariamente se le acercaron
pidiéndole a Jesús que enviara a la gente de regreso a sus
ciudades, porque ya era tarde y probablemente tenían hambre. Pero no
sucedió así.
Muchas
cosas se han dicho acerca de la alimentación de los 5000, pero hay
que hacer una observación muy importante; en muchos casos, la gente
pidió a Jesús que hiciera milagros, o, a veces a sus discípulos
trataban de convencer a Jesús que hiciera un milagro, pero en esta
ocasión, el milagro de Jesús no fue a solicitud de nadie. Este
sería un milagro que Jesús haría con el único propósito de que
la gente creyera en él.
Jesús
les dijo a los discípulos "Denles ustedes de comer", pero
respondieron un poco asustados porque no tenían el dinero necesario
para comprar comida para todos. Entonces Jesús les preguntó qué
tenían para comer: eran cinco panes y dos peces. Jesús tomó la
iniciativa, hizo que la gente tomara asiento en grupos de cincuenta y
cien, tomó el pescado y el pan y lo bendijo, y partió el pan y dio
a sus discípulos para que repartieran a la gente. Todos comieron
hasta quedar satisfechos, llenos. Doce canastas llenas de pan y los
peces era lo que sobro. Eso es un milagro.
Los
científicos han tratado de explicar este evento diciendo que cuando
Jesús partió el pan y le dio a todo el mundo, que cada persona
comenzó a sacar la comida de su bolsillo y compartir con todo el
mundo. Dicen que Jesús despertó en la gente el espíritu de
compartir y de cuidar de los demás. Eso es absolutamente posible, no
cabe duda, sin embargo, es muy poco probable y no es lo que Marcos
presenció, pues Marcos y otros miles de personas dijeron que se
trataba de un milagro.
El
milagro consistió en que cuando la gente no tenía nada que comer,
llegaron a estar llenos. Vera usted, si confiamos en Jesús, al
final del día, tendremos más que suficiente. Cuando uno
encomienda a Jesús todo lo que tiene, él da mucho más de lo que
uno espera. Por el contrario, vea lo que el diablo, el ladrón hace:
"El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo [Jesús] he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." Juan 10:10 (NVI)
Cuando
estamos en Jesús vamos a experimentar las cosas en un nivel
diferente. Es como cuando vamos a un buffet, comemos de cierto modo
¿no? Uno come hasta que el botón de los pantalones está a punto de
reventar. Eso es lo que esta gente experimentó, y eso es lo que
usted y yo podemos experimentar también.
Entiendo
que es muy fácil decir que Dios te bendecirá grandemente, pero a
veces batallamos en admitir que el tener confianza en Dios no es
fácil, y sólo unos pocos, los valientes, confiamos en él. Hay
tiempos difíciles en los que los discípulos de Jesús experimentan
pruebas de fe simplemente porque han decidido entregarle a Dios todo
lo que son. Pero para aquellas personas que han decidido darlo todo,
sea mucho o poco, para el Señor, aquí está lo que yo quiero que se
lleven de esta historia: Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió,
pero como fue bendecido, con sólo una de las cinco pequeñas piezas
de pan, se pudo alimentar a miles de personas. Ahora, imagine que
usted es una de esas pequeñas piezas pan; a veces pensamos que no
somos nada en comparación con la gran necesidad que hay en este
mundo, creemos que no vamos a hacer ninguna diferencia, pero Jesús
nos puede bendecir, y ya que Él nos haya bendecido, él nos partirá,
no va a ser fácil, vamos a experimentar dificultades en la vida,
pero al final habremos hecho la voluntad de Dios.
Si
usted pone su vida en las manos de Jesús, el le va a bendecir, le va
a romper, y lo usará para bendecir las vidas de miles de personas.
¿Entonces, nos ponemos en las manos de Jesús?
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