sábado, 11 de agosto de 2012

Callate y Escucha // Marcos 9:2-13

Imaginemos por un momento que a usted le queda menos de un año de vida. ¿Qué haría usted en el último año de su vida? Algunos llaman a esto una "ultima voluntad", una lista de cosas que quiere hacer antes de "estirar la pata."

Yo de seguro intentaría viajar con el amor de mi vida por distintos lugares simbólicos donde hay gente querida. Viajaría por Chihuahua, El Paso, Nogales, Guaymas, Culiacan, Agua Prieta visitando a viejos amigos y hermanos. Antes de morir me gustaría que se cumpliera mi sueño de ver a México campeón del Mundo en el Futbol; ya están cerca, ya ganaron el Oro en las Olimpiadas 2012 contra Brasil. Me gustaria ver todas las peliculas que haya en el cine en esos dias, y comer mucha pizza. Y finalmente, viajaría a estar mis últimos días viviendo en una montaña, en Cieneguita, Chihuahua, al lado de mi mujer, Nancy, y de mis mejores amigos: Andrés, Lizett, Luis, Heber, "el Potrillo", "el Ponshio", "el Pas Navarro", y "Lalo", haciendo fogatas, cazando, acampando, y meditando en Dios. Me enamore de ese lugar ahí en la sierra de Chihuahua una vez que el Pastor Juan Carlos Navarro me llevó y me platicaba acerca de la necesidad que hay en aquel lugar y de lo mucho que a el le gusta hacer cosas de "Boy-Scout" a la intemperie, y su pasión por las Águilas (no las del Club América sino las aves). Algunos meses después ahí mismo en las montañas, fui con un grupo de apoyo misionero llamado Jóvenes Bautistas en Acción (JOBAAC), donde por primera vez sentí un llamado de parte de Dios, llamado que guarde en secreto por mucho tiempo. Por eso, ese lugar tiene un significado bonito para mi, y ahí me gustaría que Dios dispusiera de mi vida.

Pero usted, ¿qué haría en su ultimo año; cual seria su ultima voluntad? Es divertido pensar en ello, piénselo por un momento. Y déjeme hacerle otra pregunta. ¿Cree usted que Jesús tendría también una ultima voluntad? Obviamente el sabia que vendría a morir, y conocía el día, la hora, y el lugar en donde todo sucedería; y tal vez una de las cosas en su ultima voluntad era ir a las montañas con tres de sus amigos más cercanos; ahí en la montaña tendría una de las experiencias más increíbles de las cuales el ser humano ha sido testigo. Le invito a que estudiemos un poco este viaje a la montaña con Jesús. 

Marcos 9:2 dice lo siguiente:
[2] Seis días después, Jesús se fue a un cerro alto llevándose solamente a Pedro, a Santiago y a Juan. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. [3] Su ropa se volvió brillante y más blanca de lo que nadie podría dejarla por mucho que la lavara. [4] Y vieron a Elías y a Moisés, que estaban conversando con Jesús. [5] Pedro le dijo a Jesús: Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
[6] Es que los discípulos estaban asustados, y Pedro no sabía qué decir. [7] En esto, apareció una nube y se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: “Éste es mi Hijo amado: escúchenlo.” [8] Al momento, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
[9] Mientras bajaban del cerro, Jesús les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. [10] Por esto guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar. [11] Le preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías ha de venir primero?
[12] Él les contestó: Es cierto que Elías viene primero, y que él lo arreglará todo. ¿Y por qué dicen las Escrituras que el Hijo del hombre ha de sufrir y ser despreciado? [13] Pero yo les digo que Elías ya vino, y que ellos hicieron con él todo lo que quisieron, como dicen las Escrituras que le había de suceder.
En estos versículos finales los discípulos preguntan sobre Elías, pero Jesús declara que Elías ya vino, no en su forma física, pero en la persona de Juan el Bautista, y los sumos sacerdotes, los fariseos y los políticos lo rechazaron y lo ejecutaron. Pero lo mas interesante de la historia, desde mi punto de vista, de hecho es lo que sucede en la montaña, así que le invito a que retrocedamos un poco.

Según lo relata Marcos, esto sucede después de seis días; días oscuros, camino hacia a la muerte, los discípulos iban preocupados y confundidos con todo lo que Jesús dijo acerca de "el sufrimiento, la cruz, la muerte, y la resurrección de entre los muertos.” En medio de tanta preocupación por parte de los discípulos, Jesús decide ir con Pedro, Santiago, y Juan, sus tres amigos más cercanos; van a lo alto para encontrarse con Dios, van a la montaña, en donde los lideres mas grandes han sido probados. El ir "arriba" a la montaña habla de un esfuerzo que se necesita para ir más alto y más profundo con Dios. Las montañas no son para todos, la costa es mucho más fácil de caminar, y muchos optan por el camino fácil.

Sin embargo, ahí en la montaña todo da un giro sorprendente e inesperado. Ante sus propios ojos Jesús es "transformado", que tiene el mismo origen que la palabra "metamorfosis". Esta palabra significa "cambiar de forma", así como la oruga se transforma en mariposa. En un instante a Jesús tomó la "forma" que probablemente  había disfrutado en el cielo. Era como si el cielo hubiera bajado y la apariencia de Jesús hubiera cambiado radicalmente. Sus vestidos se volvieron un blanco deslumbrante, un blanco diferente a todo lo que el ojo humano ha visto jamás. La gloria de Dios empezó a emanar desde su cuerpo. Si pensaban que caminar sobre el agua era increíble, los discípulos no habían visto nada todavía.

Si eso no fuera lo suficientemente sorprendente, de repente delante de sus ojos aparecen Elías y Moisés para encontrarse con Jesús. Pero, ¿por qué Elías y Moisés? Algunos estudiosos sugieren que estos dos líderes espirituales representan "la historia de la salvación" del mundo. Elías representa a los profetas y Moisés representa la ley.

Pero, en mi opinión personal, el hecho de que "hablaban" con Jesús me hace pensar que había una necesidad de que se comunicaran. Al reflexionar sobre este momento de tensión en la vida de Jesús, me di cuenta de una de las razones por las cuales estos dos grandes líderes aparecieron, era porque ambos habían sido líderes en tiempos de oposición. Ambos sabían la soledad que se siente cuando viene un gran desafío. Lamentablemente, en el caso de Moisés, el cedió a la presión y trató de resolver el problema con sus propias manos. En el caso de Elías, en un momento de crisis, huyó de Jezabel para salvar el pellejo. Personalmente, creo que lo que vemos aquí es un momento humano de Jesús. A menudo olvidamos que Jesús era totalmente humano y totalmente divino al mismo tiempo. Si alguien sabía la presión que Jesús tenia, eran estos dos hombres. Vinieron para compartir el momento con Jesús y para animarle en el momento difícil. Dios nunca nos deja solos en los momentos de decisión y de crisis, el siempre manda a alguien que puede apoyarnos y hablar a la vida de nosotros.

Pero mientras que Jesús está hablando con Elías y Moisés, Pedro, Santiago y Juan, que estaban presenciando un momento increíble en la historia, parece nunca habían aprendido de buenos modales. En algún momento Pedro se acerca a donde ocurre la conversación e interrumpe a Jesús diciendo: “Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Pobre Pedro, siempre quedando mal. Pero en su defensa Marcos señala que Pedro, Santiago y Juan estaban "asustados". Ellos no sabían qué decir o hacer.
Entonces, ¿qué ocurrió con la petición de pedro? ¿Qué dice Pedro que quiere? Él quiere quedarse en la montaña. Quiere disfrutar del momento. Él quiere tomar unas "vacaciones" de clases con el Maestro Jesús.

Pedro se parecen tanto a nosotros. Cuando las cosas van bien, nos queremos quedar ahí. Nos encanta cuando todas las cosas están bien. Pero mientras la pregunta esta en el aire, incluso antes de que Jesús pudiera responder, una nube viene bajando, y alguien responde cosas que solo Dios diría. Una nube que lo llena todo de manera majestuosa. Debe haber sido algo muy emotivo. De la nube venia la voz de Dios que dijo: “Éste es mi Hijo amado: escúchenlo.” Y con estas palabras, la reunión termina. Con estas palabras, Dios le habla a Jesús ya todos los que han sido llamados a seguirlo.

En este momento de crisis, el Padre quería que Jesús supiera sin lugar a dudas quién era El mismo, y de quien era Hijo. Esta es una palabra para todos los que afirmamos que Dios es nuestro Padre. Cuando Dios es nuestro Padre, ¿a qué le podremos temer?

Dios no sólo quiso recordarle a Jesús que él era su Hijo, sino que también lo amaba. El amor inspira esperanza, confianza, y seguridad en los buenos tiempos y también en los malos. El amor del Padre fue lo que sostuvo a Jesús en su camino hacia la cruz. Su amor inspiró su misión.

En la última declaración crítica que Dios hace muy enfáticamente dice: "escúchenlo". Para ser franco, este es un gran consejo en cualquier circunstancia de la vida: "Escuchemos a Jesús", leamos su palabra.

Entonces, tan pronto como Dios termina de hablar, "de repente" todos se habían ido, Elías y Moisés desaparecieron, la nube desapareció tan rápido como apareció. Cuando Pedro, Santiago y Juan levantaron la vista, ya no había nadie allí, excepto Jesús. El mensaje que Marcos está enviando es bastante claro: En la hora de la dificultad no necesitamos a nadie más que a Jesús. Él es más que suficiente.
Cuando Dios nos lleva a la cima de la montaña, Él quiere enviarnos un fuerte mensaje: simplemente JESÚS es suficiente.

En el caso de nosotros, a veces Jesús nos conduce hasta lo alto de la montaña. El nos ha llamado con un propósito. Pero ni usted ni yo podemos salvar al mundo desde lo alto de la montaña. No, el verdadero trabajo del Reino de Dios se hace en el valle, es tiempo de bajarnos de la montaña. El bajarnos de la montaña implica tomar nuestra cruz, morir a nosotros mismos, y seguirle hasta donde El nos ha de llevar.

Para terminar, Jesús ordena a sus amigos más cercanos que no anden platicando la historia hasta que "el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Es interesante que los discípulos hayan cumplido esta promesa, porque en realidad no sabían que quería decir. Ellos todavía están luchando con la cruz y el hecho de que Jesús tendría que morir. Haga usted de cuenta que los discípulos estaban obsesionados con el sufrimiento de Jesús, y no podían ver la gloria que la resurrección traería al derrotar finalmente al pecado y la muerte. Por un lado, no podían entender "por qué" Jesús tenía que morir, y mucho menos el "cómo" Jesús podría vencer a la muerte. Les parecía imposible humanamente hablando, pero sabemos que para Dios todo es posible, El es digno de confianza.  Jesús tuvo que morir para "salvarnos" de nuestros pecados. Su muerte horrible pagó la pena por todo lo que hemos hecho. Su sangre pagó por el pecado de toda la raza humana.

Jesús sabia el precio que tenia que pagar y nada ni nadie lo iba a distraer de su misión.  En aquella montaña, se reunieron dos hombres que conocían muy bien la presión increíble de conocer y hacer la voluntad de Dios. Muy probablemente ellos animaron a Jesús a "no ceder" a la presión, y no "salir corriendo, sino que se mantuviera firme". Si usted tiene un ministerio o un llamado, Dios tiene para nosotros estas dos frases de animo: “no cedas”, y “no huyas”.

Dios no nos ha llamado a acampar en las cimas de las montañas de la vida. De hecho el nos demanda a bajar de la montaña, a ir al valle y cambiar al mundo. Nadie cambió el mundo mirando de arriba hacia abajo. No! En el camino a la salvación tenemos que atravesar el valle, llevando la cruz, aquella cruz que simboliza el dar el todo por el todo.

¿Cómo podemos seguir a Jesús en este mundo lleno de sufrimiento, de pecado y tanta muerte? Creo que el punto de la historia es simple: escuchemos a Jesús y fijemos nuestros ojos en Él y solo en Él. La frase "no más que a Jesús" lo dice todo.

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