domingo, 6 de febrero de 2011

Su Toque Personal // Marcos 1:29-34

¿Cuándo fue la última vez que usted fue a visitar al médico? Usted se debe acordar de la regla de los hospitales: hay que ser paciente! :)

Cuando estamos en un hospital de alguna manera se nos recuerda que no vamos a vivir para siempre. Cada vez que uno visita un hospital inevitablemente piensa en la muerte. Analicemos una historia que Marcos escribe, y que esta relacionada con la muerte. En esta historia, Jesús se encuentra ante un grupo de personas que le tienen miedo a la muerte. La Escritura dice:

"[29] Luego Jesús salió de la sinagoga y se fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. [30] Cuando entró en la casa, le dijeron que la suegra de Simón estaba enferma y con fiebre. [31] Jesús fue a verla, la tomó de la mano y la levantó. En ese mismo instante la fiebre se le fue, y la suegra de Simón les sirvió de comer.
[32] Al anochecer, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y todos los que tenían demonios. [33] Todo el pueblo se reunió a la entrada de la casa de Simón. [34] Allí Jesús sanó a mucha gente que tenía diferentes enfermedades, y también expulsó a muchos demonios. Pero no dejaba hablar a esos demonios, porque ellos lo conocían." Marcos 1:29-34 (TLA).

En primer lugar, hay que recordar que Simón es el apóstol Pedro que todos conocemos. En segundo lugar, es necesario también recordar que en aquellos días, la fiebre era un indicador de una enfermedad que más adelante traería la muerte. Por lo tanto, cuando una persona tenia fiebre, tenia un grave problema.

Así que la gente le pidió a Jesús que fuera a ver a la suegra de Pedro. Jesús va a la casa y la tomó de la mano y la levantó. Jesús la tocó. La mayoría de los médicos hoy en día tratan de evitar cualquier contacto físico con los pacientes que están muy graves: Usan guantes, batas y cubre-bocas. Pero a esta mujer Jesús la tocó.

Jesús no se conforma con simplemente orar por ella. A él le gusta involucrarse con la gente. Él tiene un deseo de tocar a los enfermos y estar cerca de ellos. Marcos nos dice que cuando Él la ayudó a levantarse la fiebre se le fue: El la sanó.

Yo creo en la sanidad, al igual que muchas personas. ¿Ha estado usted en una iglesia que tiene un servicio de oración los miércoles, en el cual vamos nombre por nombre orando por cada persona que conocemos? Lo hacemos porque creemos que la sanidad existe. Sea a través del bisturí, la quimioterapia, las píldoras, o lo que sea, yo creo que toda sanidad proviene de Dios.

Conocemos muchas historias acerca de personas que han sido sanadas por el poder de Dios, tal vez usted ha leído algo en las Escrituras, a lo mejor conoce usted a alguien, tal vez usted es uno de ellos, que al igual que esta mujer, fue sanado. Marcos nos dice que esta mujer estaba tan agradecida que ella comenzó a servirle comida a Jesús como mesera.

Y entonces los rumores de Jesús el sanador comenzaron, y también acerca de Jesús el que echa fuera demonios, como vimos en la historia de la semana pasada. Tenga en cuenta que este era el día de reposo, que comenzó el viernes por la noche y terminaba el sábado por la noche. Los Judíos, por lo tanto, no podían hacer nada en el día de reposo hasta el sábado en la noche. Entonces, tan pronto se puso el sol, versículo 32, el pueblo entero se reunió a la puerta. Todas las personas trajeron a sus familiares y amigos a Jesús.

¿Puede usted imaginar cómo fue ese día? Voy a tratar de ponerlo en términos actuales: es como una sala de urgencias de un hospital económico en un día festivo. Esta lleno de enfermos y no hay médicos. Allí se puede ver a la madre llorando por su bebé que no responde en sus brazos. Se puede ver a un marido en pánico ayudando a su esposa a caminar porque esta muy pero muy enferma. Ahora imagínese la cara de aquella madre después de que Jesús tocó a ese bebé y fue sanado. ¿Puede visualizar la cara del marido después de que Jesús le ayudó a la esposa a ponerse de pie completamente sanada? Eso era lo que pasaba aquella noche.

La gente estaba desesperada, impotente, y se acercó a Jesús para descubrir que Él es poderoso. Descubrieron que con un simple toque de su mano personas fueron sanadas. Nosotros podremos ser impotentes, pero El es todo poderoso.

Mi cuñado y su esposa estaban muy preocupados hace unos años porque a mi sobrina se le diagnosticó cáncer en sus células: leucemia. La iglesia estaba muy unida orando por ella. Toda su familia inmediata y también su familia extendida estaba en oración y con buenas expectativas. Pero fue terrible verlos  viajar una y otra vez, gastando todo lo que tenían en el hospital el tratamiento de la quimioterapia. Cada vez que iban a la terapia, su pequeño bebé sufría terriblemente, no puedo ni siquiera imaginar cómo se sintieron ellos. Tengo que confesar que yo tenía mucho miedo de perderla: Me sentí impotente, inútil, y hasta recuerdo haberle dicho a mi esposa que quería donar de mi medula ósea. Pero un día, recibimos la noticia de que ella iba a estar bien. Contuvimos un poco nuestro entusiasmo y nos mantuvimos orando por ella, hasta que el día oficial llegó, en el que supimos que ella estaba curada del cáncer. Hoy en día ella es la típica niña consentida, cachetona, traviesa, y con un cabello muy largo y hermoso. Creemos que el poder de Dios la sanó. Nosotros la amamos tanto como Dios la ama.

Jesús sanó a muchos como ella, pero también la Biblia nos dice que El también lidió con Satanás. También le trajeron gente poseída por demonios, versículo 34. Jesús expulsó a los demonios uno por uno, se trataba de una guerra espiritual mano a mano entre Jesús y Satanás. Jesús les obligó a salir de estas personas.

Note que Jesús no les permitía hablar, porque ellos, los demonios, sabían quién era Jesús. Es muy interesante para mí que la Escritura dice: "no dejaba hablar a esos demonios, porque ellos lo conocían"... ¿Por qué se nos dice esto? Pues podríamos evidenciar que en el ámbito celestial todos saben quién es Jesús. Pero, ¿qué más hay aquí? Yo creo que como los demonios conocen perfectamente el poder que tiene Jesús, ellos sabían que las cosas iban a ser diferentes con Jesús en su alrededor, y como estaban los demonios muy asustados les dijo que se callaran.

Pero ¿qué pasa con nosotros? Nosotros también sabemos quien es Jesús. ¿No debería ser esto suficiente para que creamos que las cosas pueden ser diferentes? Jesús está aquí, y por lo tanto las cosas pueden cambiar. La única diferencia es que Jesús no nos está diciendo que nos callemos, como lo hizo con los demonios. Jesús quiere que nos demos cuenta de que él está aquí y que puede y quiere cambiar las cosas, y que él no quiere que guardemos silencio al respecto. En realidad El quiere que le digamos a los demás lo que Él es.

Tal vez usted una de esas personas que tiene miedo de hablar acerca de Jesús. Esta bien, no se preocupe y confiéselo ante Jesús, recuerde lo que dice la Escritura en este Salmo que es una oracion:

"Cuando tengo miedo, confío en ti." Salmo 56:3 (DHH).

Espero que el día de hoy podamos confesar a Jesús a nuestros temores: depresión, ansiedad, enfermedad...  Confiemos en El. Lo reto a que esta noche susurre este Salmo y que experimente la paz de Dios, porque Jesús puede y quiere cuidar de usted.

2 comentarios:

  1. A veces también deberíamos quedar callados, al reconocerle, en vez de tanto rezongar, quejarnos y demás... a veces también es necesario callar.

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  2. A lo que me referia es a no callar lo que el ha hecho en nuestra vida.
    Pero como tu dices, cuando le reconocemos la voz, hay que escuchar calladamente. De hecho el post del siguiente domingo se trata precisamente de eso.

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