domingo, 27 de febrero de 2011

A Como de Lugar // Marcos 2:1-12

A Como de Lugar
Marcos 2:1-12

La historia de hoy se desarrolla cuando Jesús regresa a casa en el área de Capernaúm. Marcos nos cuenta la siguiente historia:

"[1] Algunos días después, Jesús volvió a entrar en Capernaúm. En cuanto se supo que estaba en casa, [2] se juntó tanta gente que ni siquiera cabían frente a la puerta; y él les anunciaba el mensaje. [3] Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico. [4] Pero como había mucha gente y no podían acercarlo hasta Jesús, quitaron parte del techo de la casa donde él estaba, y por la abertura bajaron al enfermo en la camilla en que estaba acostado. [5] Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: Hijo mío, tus pecados quedan perdonados.
[6] Algunos maestros de la ley que estaban allí sentados, pensaron: [7] "¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Solo Dios puede perdonar pecados." [8] Pero Jesús en seguida se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó: ¿Por qué piensan ustedes así? [9] ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: 'Tus pecados quedan perdonados', o decirle: 'Levántate, toma tu camilla y anda'? [10] Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.
Entonces le dijo al paralítico: [11] A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
[12] El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos. Por esto, todos se admiraron y alabaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto una cosa así.” Marcos 2:1-12 (DHH).


Jesús estaba en una casa, pero había una gran multitud de tal manera que la gente ocupaba todo posible hueco y ya no había más espacio para nadie. Hay un grupo de hombres que tienen un amigo que esta paralítico. Ellos iban decididos a llevar a su amigo hasta Jesús y, según Marcos, no fueron capaces de lograrlo debido a la multitud. La multitud estaba bloqueando el camino, no les ayudó nadie. Algunas veces nosotros mismos estamos en el camino de otras personas que quieren llegar a Jesús y lamentablemente no se lo permitimos, tristemente solo les estorbamos.

Estos amigos estaban decididos a hacer todo lo posible para llevar a su amigo hasta la misma presencia de Jesús. Ellos, dispuestos a todo, decidieron a entrar por el techo haciendo un agujero. Cuando lo hicieron, finalmente su amigo pudo estar delante de Jesús. Cuando el hombre desciende, lo primero que Jesús hace es voltear hacia arriba para ver a los amigos y ver su fe. Fue la fe de los amigos lo que inspiró a Jesús para que ayudara.

Probablemente la mayoría de nosotros tenemos familiares o amigos que están teniendo algunos de los momentos más difíciles en su vida. ¿Usted cree que Jesús pueda ayudar en esa situación? Los amigos del paralítico lo creyeron así. ¿Que tanto creemos en Jesús? Si tan sólo tuviéramos la misma fe que tuvieron estos amigos, Jesús actuaria sin duda alguna.

Jesús le dijo al paralítico que sus pecados le habían sido perdonados. Esto tuvo que parecer extraño para los amigos; ellos podrían haber pensado "a caray, lo trajimos para que lo sanara, no para esto". Pero este joven, el paralítico, supo que Jesús había dado justo en el blanco: eso es justo lo que necesitaba y Jesús lo sabía.

En los tiempos modernos nosotros atribuimos las enfermedades y el sufrimiento a las bacterias, virus, o parásitos. Pero, ¿podría ser que Jesús estuviera sugiriendo que a veces la raíz de estos problemas es el pecado? No cabe duda de que a veces nosotros mismos sabemos que estamos siendo atormentados físicamente por cosas que no debíamos haber hecho. Nuestro pecado nos afecta tanto física como espiritualmente: la vergüenza es extremadamente tóxica. Así que Jesús le sanó al perdonar sus pecados.

Cuando Jesús dijo esto, los maestros de la ley estaban ahí sentados pensando: “¡Blasfemia! Sólo Dios puede perdonar los pecados”. Pero Jesús sabía lo que estaban pensando y les preguntó: ¿Que es más fácil, perdonar el pecado, o sanar a este hombre? Para nosotros es imposible responder a esta pregunta, porque no podemos hacer ninguna de las dos cosas. Pero al hacer lo que hizo les hizo saber que Él, el Hijo del hombre, tenía autoridad para hacer todo este tipo de cosas. Él le dijo al paralítico: Levántate y vete a casa. Y el paralítico lo hizo. Se levantó y se fue a su casa. La gente a su alrededor decía: nunca hemos visto algo como esto.

Pero, ¿por qué Marcos nos dice esta historia? Primeramente Él está tratando de decirnos que si realmente nos importa, debemos traer a nuestros amigos a Jesús cueste lo que cueste: Jesus es el único que puede cambiar sus vidas.

La otra cosa que Marcos nos quiere transmitir es que hay algunos de nosotros que desesperadamente deseamos ser limpios, queremos ser perdonados. Pero creemos que no es posible que Él nos perdone después de todo lo que hemos hecho. Pero recordemos que Él sabe perfectamente lo que hemos hecho, y él está dispuesto a perdonarnos. Su muerte tuvo que ser tan terrible y tan horrible para que quedara claro lo siguiente: no importa lo qué hayamos hecho, Su sacrificio es suficiente para cubrir nuestro castigo. Él quiere susurrarnos al oido: hijo, hija, te perdono.

La Escritura dice: "Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente." Salmo 103:12 (DHH)

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