domingo, 23 de enero de 2011

El Llamado // Marcos 1:16-20

Esta es una historia donde hay pescadores. ¿A usted le gusta pescar? Tal vez a Jesús les gustaría pasar un tiempo con usted, sus mejores amigos fueron pescadores. :D

La historia se desarrolla mientras Jesús caminaba por el mar de Galilea. Este era un lugar hermoso, era más bien como un río en vez de un mar. La Escritura nos relata lo siguiente:

"[16] Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua." Marcos 1:16 (DHH)

Este personaje Simón, es el mismo Pedro que conocemos como su discípulo. Entonces Marcos continua relatando:

"[17] Les dijo Jesús: Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres.
[18] Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
[19] Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes.
[20] En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús." Marcos 1:17-20 (DHH).

Jesús sólo les dijo una palabra, muy simple y directa, pero lo suficientemente potente como para cambiar vidas: "Síganme".

Seguir: Esta es un verbo simple que se da a entender por sí mismo. Tiene que haber un líder y un seguidor. Uno tiene que mantener los ojos en el líder; debemos seguir al líder, el líder no nos debe perseguir a nosotros. Y de la misma manera, a donde vaya el líder, uno tiene que ir. La pregunta sería: ¿estamos siguiendo a Jesús? o ¿queremos que el nos siga?

Jesús les dijo: Síganme. Él les estaba pidiendo tener una relación con él. El les dijo: ustedes siganme. Jesús es el camino, Él es la verdad, Él es la vida.

Uno pudiera argumentar: "Si Jesús se dirigiera a mí como lo hizo con ellos, yo sin duda le seguiría. ¿Cómo puedo estar seguro si yo no le he visto con mis propios ojos?". Bueno, déjeme decirle lo que dice la Escritura:

"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen." Juan 10:27 (LBLA)

Tenemos que aprender a reconocer la voz de Dios cuando Él nos habla a nosotros. ¿Cómo funciona esto?: A través del Espíritu Santo. Una de las obras del Espíritu Santo es hablar con nosotros, acerca de la voluntad de Dios, a través de las Escrituras.

Por tanto, si de verdad usted quiere seguir a Jesús, le animo a leer la Biblia.

Sepamos también que Dios de igual manera nos puede hablar a través de la oración. Pero nótese que la oración es una conversación entre usted y Dios: cuando oremos, también tenemos que estar en silencio por un momento, y así en silencio, dejar que el Espíritu de Dios nos hable. A veces, en ese momento de tranquilidad podemos escuchar la voz de Dios suave y serena. Además, Dios también nos puede hablar a través de otras personas: un maestro de escuela dominical, un predicador, o alguien en la clase de estudio bíblico. Uno podría tener la sensación de el predicador esta hablando de nosotros, pero puedo garantizarle que él no estaba hablando de usted intencionalmente: es el Espíritu de Dios.

También Dios puede hablarnos a través de las circunstancias de la vida. Usted vive en un mundo en el que cuando Dios le habla, lo hace de tal manera que usted experimenta que todas las piezas del rompecabezas de su vida están puestas en el lugar correcto, pero no tiene nada que ver con la suerte. Lo que pasa es que todas las cosas funcionan en forma tal que usted puede seguir a Jesús de manera natural. Por eso Jesús le dijo a los pescadores: Síganme.

El se comprometió a hacerlos pescadores de hombres. Él dijo: Si me siguen, voy a hacer de ustedes lo que se supone que deben ser. Debemos entender que siempre hay una gran alianza entre el seguidor y el líder; por su parte el líder, Jesús, se compromete a hacer de nuestra vida lo que estamos pre-destinados a ser.

Recordemos que Jesús era carpintero, y sabía perfectamente la diferencia entre una remodelación y el hecho de hacer algo nuevo. Él no absolutamente no esta interesado en las remodelaciones. Él está en el negocio de nuevas creaciones.

Si decidimos seguir a Jesús, una mañana nos vamos a ver a nosotros mismos en el espejo, y nos daremos cuenta de que no somos la misma persona que solíamos ser, porque Jesús nos ha transformado. Cuando somos atrapados como un peces, tenemos que morir como mueren todos los peces cuando son atrapados. Tenemos que morir espiritualmente para que podamos ser transformados.

Tengamos en cuenta que cuando los pescadores siguieron a Jesús, ellos lo abandonaron todo. No podemos seguir a Jesús y quedarnos donde estamos. Tal vez Jesús nos esta llamando en este preciso instante para que le sigamos, y nosotros solamente ponemos excusas. Esto es porque sabemos que no es nada fácil, nos va a costar algo. Pero también sabemos que al final tendremos mucha felicidad, porque El va a transformar nuestras vidas. Él nos esta llamando hoy mismo con vos suave: Sígueme.

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